QUÉ VER EN TREVEJO (Cáceres)

Domingo 23 de junio de 2024

MAPA

Todos los puntos visitados a lo largo del día están recogidos en este mapa de «Extremadura»: ver mapa.

INTRODUCCIÓN

Tras mi primera experiencia por tierras extremeñas hace un par de años, el ser miembro de la asociación de blogueros de Asturias (Asturias travel bloggers) me ha dado la oportunidad de participar en un proyecto junto con otros veintiún compañeros de toda España para conocer la Sierra de Gata, una comarca situada al noroeste de la provincia de Cáceres.

Así desde Asturias nos ponemos en marcha rumbo a Trevejo, uno de «Los Pueblos Más Bonitos de España». «Los Pueblos Más Bonitos de España” es una asociación española creada en el año 2011 para promocionar, difundir, fomentar y preservar el patrimonio cultural, natural y rural en áreas geográficas con menor nivel de industrialización y población, que engloba a pueblos de menos de 15.000 habitantes bajo una marca única de calidad.

A mi chico y a mí nos encanta visitar las villas que pertenecen a esta agrupación, por ello venimos de lo más ilusionados a esta aventura puesto que no solo nos vamos a alojar en uno de «Los Pueblos Más Bonitos de España» (Trevejo), sino que en la misma Sierra de Gata vamos a poder conocer otros dos más: San Martín de Trevejo y Robledillo de Gata.

CONSEJO: para no perderos ningún emplazamiento de interés os sugiero que os descarguéis la app de Sierra de Gata Turismo, con recomendaciones de lugares para visitar, senderismo, piscinas naturales, restaurantes…

LLEGADA A TREVEJO

Me sorprende la carretera de acceso a Trevejo, una de las «carreteras paisajísticas» de la zona puesto que a ambos lados de la misma estamos protegidos por árboles que no esperaba encontrar tan verdes en una comarca tan cálida. Me parece un buen recibimiento que me recuerda a mi “tierrina” en Asturias. Además la vía está perfectamente asfaltada y es lo suficientemente ancha, cosa que no siempre es posible cuando te diriges a un pueblo recóndito.

Si viendo la arboleda nos ha venido Asturias a la mente, el hecho de toparnos con los ganaderos trasladando a sus vacas nos ha hecho sentirnos como en casa. ¡Qué casualidad!

En el mirador de Trevejo descubrimos el cartel de «Los Pueblos Más Bonitos de España» con el castillo del pueblo al fondo (a la izquierda). ¡¡Ya tenemos otro más para añadir a nuestra lista!!

A la entrada de la villa, donde finaliza la carretera, hallamos un parking sorprendentemente grande. Da gusto cuando los pueblos a pesar de ser pequeños habilitan una buena zona de estacionamiento. Eso para nosotros siempre es un puntazo a favor ya que hemos tenido que suspender alguna visita en ocasiones puntuales por no tener dónde dejar el vehículo…

APARTAMENTOS A FALA

A pocos metros del aparcamiento está ubicado el que va a ser nuestro alojamiento durante las próximas tres noches, los apartamentos A Fala. Aquí nos encontrarnos con nuestro anfitrión, Nacho. Él es el artífice de este gran proyecto cuyo objetivo es dar visibilidad a la Sierra de Gata, una tierra quizás desconocida para muchos que está esperando a que veintidós blogueros venidos de toda España vayamos descubriendo poco a poco sus secretos. 

Lo primero que me llama a atención del lugar en el que nos vamos a hospedar, es la procedencia de su nombre. La «fala» es un dialecto propio declarado Bien de Interés Cultural (BIC) mezcla del galaico – portugués hablado en los municipios de San Martín de Trevejo (Sa Martin de Trevellu), Eljas (As Elhas) y Valverde del Fresno (Valverdi du Fresnu), al noroeste de la provincia de Cáceres (en la frontera portuguesa). Desconocía su existencia y me resulta llamativo el hecho de que algunas de sus palabras recuerdan mucho al asturiano…

Son tres los apartamentos A Fala ubicados en Trevejo, cada uno de ellos con el nombre de una de las tres variantes de la fala. A nosotros nos ha tocado el número dos «lagarteiru». A pesar de que su puntuación de 9,6 en Booking y de 4,6 sobre 5 en Google Maps ya nos podría haber dado una pista, mi chico y yo quedamos flipando cuando descubrimos no solo el tamaño de nuestro apartamento, sino la bañera de hidromasaje y la chimenea. Tienen hasta una plancha para el pelo… ¡¡¡Cómo mola!!! Nunca hubiese esperado encontrar unos alojamientos tan modernos y bien equipados en un lugar tan recóndito, ha sido toda una sorpresa.

TREVEJO

Después de refrescarnos un poco, salimos a recorrer Trevejo, uno de «Los Pueblos Más Bonitos de España», declarado por la Junta de Extremadura como «Bien de Interés Cultural» (BIC) con la categoría de Conjunto Histórico.

Puesto que nos alojamos aquí tres noches, pudimos disfrutar de la aldea en distintas fases del día: a la luz del sol, al atardecer y de noche. Cada uno de esos momentos tuvo una magia especial y he preferido contároslo todo en un único post, a pesar de haberlos vivido en distintas jornadas.

Por ser domingo nos encontramos junto al único bar del pueblo, El Buen Avío, un montón de gente y un DJ pinchando música de los años setenta con discos de vinilo. Se respira alegría y buen ambiente por todas partes. Según nos cuentan, este mediodía hicieron una enorme paella para todos, pero nosotros no tuvimos la suerte de llegar a tiempo para catarla, mecachissss. Estad atentos al organizar vuestros itinerarios porque, según nos informan, este tipo de eventos se repiten cada domingo.

A pocos metros de nuestro alojamiento y siempre destacando en cualquier panorámica, despuntan orgullosas las ruinas del castillo de Trevejo. Uno de los lugares para mí más fotogénicos del pueblo, del que tenemos múltiples fotos de postal porque el lugar tenía algo que nos cautivaba cada vez que nuestras miradas se posaban sobre él. 

Según los paneles informativos que encontramos por la zona:

• El castillo alto – medieval del siglo XV es una fortificación de origen árabe construido sobre una vieja fortaleza musulmana anterior al siglo XII. Quedan la Torre del Homenaje y un largo recinto irregular con dos líneas exteriores.
• Interesante es la granítica torre – espadaña aneja a la iglesia y que sería parte de las defensas del castillo: muestra un escudo, posiblemente de uno de los comendadores de la fortaleza, y se elevaría en el siglo XVI sobre un torreón precedente. 

Con lo atrayentes que nos resultaban las ruinas, no nos íbamos a contentar con verlas solo de lejos… Al ir acercándonos fuimos descubriendo las tumbas antropomorfas. Hablamos de sepulcros excavados en piedra, con forma humana. Contamos hasta catorce junto a la iglesia de San Juan Bautista. Nunca había visto tumbas de este tipo y me resultan de lo más llamativas.

Un cartel un tanto desmotivador informa de: «peligro por posibles desprendimientos en el castillo y sus inmediaciones. Si entra es bajo su responsabilidad. Está usted en propiedad privada«. Preguntamos a los vecinos quienes nos indicaron que la zona se puede visitar sin problema, así que, como buenos aventureros que somos, nos dedicamos a explorar cada rincón.

Me quedo alucinando con las vistas de trescientos sesenta grados que se obtienen desde lo alto. ¡¡Menudo privilegio!!

Creíamos que Trevejo tenía solo un par de calles, pero visto desde arriba pudimos comprobar que es mucho más grande de lo que esperábamos, con un montón de coquetos rincones esperando a ser descubiertos.

Y es que Trevejo no es solo su castillo. Durante nuestros tres días de estancia hallamos preciosos lugares cada día. Yo flipaba porque siempre parecía que ya lo habíamos recorrido todo cuando de repente aparecía un nuevo recodo en el que aún no habíamos estado. Con deciros que nos quedaron cosas por ver al finalizar el viaje… La magia de este pueblo está en perderse entre sus callejuelas a cualquier hora del día, porque si con la luz del sol nos pareció precioso, cuando se acerca el anochecer y las luces empiezan a cambiar, los mininos inundan las calles y Trevejo se vuelve fascinante y misterioso.

Me resultó una maravilla poder recorrer la villa completamente a solas mientras las farolas se iban iluminando poco a poco y el castillo continuaba impertérrito destacando desde su cima. Pasear al atardecer solo con mi chico disfrutando de la paz que emana el lugar me ha parecido completamente mágico y necesario. Venimos de una vida de mucho estrés y a veces no somos conscientes, pero la paz que se respira aquí es un absoluto privilegio.

EL BUEN AVÍO

En Trevejo hay solo un bar, El Buen Avío, dirigido por un amabilísimo chico, Dani, que nos encantó. Por una parte fue una lástima que solo pudiésemos probar su comida un día ya que cierra lunes y martes. Por otra parte el hecho de que dos de nuestros tres días de estancia estuviese cerrado nos permitió tener el pueblo entero para nosotros, sin lugareños disfrutando de unas cañas en compañía del resto de vecinos, y esa experiencia me gustó muchísimo.

Dani no solo se encarga del bar sino que también participa en las tardes con DJ de discos de vinilo de los domingos, en la organización del festival de cine de la Sierra de Gata, en las actividades de divulgación astronómica de «Trevejo Celeste», esquila ovejas y hasta tiene una finca familiar, la hacienda Nava del Rey, que ganó la medalla de plata en la Exposición Universal de aceites finos de París en 1900. Fue una lástima no tener más tiempo para conocerle, porque el chaval es una auténtica caja de sorpresas.

Nosotros pudimos degustar la gastronomía de El Buen Avío solo el domingo. Puesto que habían tenido fiesta durante el día, quedaban poquitas cosas de la carta, lo que nos facilitó las cosas a la hora de elegir nuestro menú. Nos pedimos dos hamburguesas grandes de toro por la irrisoria cantidad de 5€ cada una, y una tosta con queso y cebolla caramelizada (5€). 

La comida estaba muy rica y las raciones eran de buen tamaño, por lo que no puedo más que recomendarlo.

Veníamos dispuestos a conquistar el castillo de Trevejo sin saber que era el castillo (y todo el pueblo) quien nos iba a conquistar a nosotros.