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  • 4. PUEBLOS E ISLAS DE GALICIA – MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE ARMENTEIRA, COMBARRO, MONASTERIO DE SAN XOAN DE POIO, BOSQUE DE SECUOYAS DE POIO, PONTEVEDRA

    Miércoles 10 de agosto de 2022

    Cuando abrimos la ventana por la mañana es bastante descorazonador… ¿¿Es que este pueblo vive con una niebla perpetua??

    A las 9.15 horas ya estamos en el comedor. Solo por este desayuno ya han merecido la pena estas vacaciones, ¡¡qué rico y qué completo!! ¡¡Me encanta!!

    MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE ARMENTEIRA

    Arrancamos el coche a las diez y media. Tardamos quince minutos en aparcar junto al monasterio de Armenteira. Se puede aparcar tanto en el interior del recinto (confirmado con el monje de la tienda de regalos) así como en un parking ubicado a pocos metros.

    Parking habilitado

    No aparquéis en la plaza más cercana a la entrada al monasterio puesto que hay una clara señal que indica que está prohibido parar y estacionar y, a pesar de ello, la plaza estaba llena de coches.

    Parking habilitado al fondo (rodeado en rojo)

    La visita al monasterio es breve, pero me ha gustado. No me parece imprescindible pero sí recomendable. Me quedé enamorada del monasterio de Santa Cristina de Ribas de Sil y desde entonces trato de visitarlos si tengo alguno cerca.

    Monasterio de Santa María de Armenteira

    COMBARRO

    A las 11 horas ponemos rumbo a Combarro. Perteneciente a la iniciativa Pueblos Mágicos de España, fue elegido además El Pueblo Más Bonito de Galicia en 2021, seguido de Allariz y Betanzos.

    En este mapa tenéis actualizados a fecha de hoy todos los pueblos españoles incluidos tanto en la asociación de Pueblos Mágicos de España como Los Pueblos Más Bonitos de España.

    Para entrar a la villa hay una caravana enorme. Encontrar aparcamiento se convierte en una misión imposible. Incluso intentamos ir al pequeño parking de pago, pero hay cola para entrar y no tenemos la suerte de que salga un coche para poder estacionar nosotras. Acabamos aparcando a las afueras, a un kilómetro de la playa. Tomarlo con paciencia porque, por lo menos en pleno agosto, esto es una odisea horrible. Iniciamos por fin el recorrido a las 11.50 horas.

    A Combarro se le conoce como el pueblo de los hórreos. «La primera función de los hórreos es servir de almacén para guardar y conservar el maíz, pero también otros productos agrícolas como las patatas y otros cereales. Se construyen sobre postes de piedra con una cierta altura para apartarlos del suelo y evitar que entren la humedad y los roedores. Los hórreos de Combarro tienen una misión añadida y es que la mayoría de ellos están pegados al mar porque en ellos se seca también el pescado. Actualmente hay sesenta y ocho hórreos, la mitad de ellos ubicados justo a la orilla de la ría. El patrimonio etnográfico que atesora Combarro le valió la declaración de Conjunto Histórico – Artístico en 1972«.

    Todo el agobio que pasé por la búsqueda de aparcamiento queda totalmente olvidado cuando llegamos a la playa. No por nada Combarro pertenece a la asociación de Pueblos Mágicos de España… El pueblo desprende magia. Me resulta bellísimo y de lo más especial.

    Es imprescindible que vengáis con la marea baja para poder pasear por la arena y ver los hórreos desde allí.

    El pueblo es precioso, una pasada, merece la pena recorrer cada una de sus callejuelas porque se descubren lugares maravillosos y rincones idílicos.

    A cada metro que caminamos sacamos montones de fotos. Es el pueblo que más nos ha gustado hasta ahora con muchísima diferencia

    El único problema de un sitio tan alucinante es que es prácticamente imposible sacar una foto sin personas por el medio. Hay muchísima muchísima muchísima gente, hasta el punto de que llega a saturar.

    Hacemos el recorrido por la arena en dos ocasiones. En la segunda el agua ya nos impide llegar hasta el final, pero nos permite tener dos visiones diferentes. 

    Tras casi una hora y media de recorrido finalizamos la visita por Combarro. Hemos quedado muy impresionadas. Es una visita totalmente imprescindible puesto que por algo ha sido elegido el pueblo más bonito de Galicia.

    Viendo que la villa está tan atestada de turistas, ni se nos ocurre tratar de buscar un restaurante para comer aquí. Decidimos explorar en busca de un lugar a las afueras. A unos cientos de metros de donde hemos dejado el coche encontramos el restaurante Pinela, en Poio. Tenemos muchísima suerte porque aún yendo sin reserva, conseguimos una mesa en primera línea con vistas a la ría de Pontevedra. La ubicación no puede ser más idílica.

    Después de lo alucinadas que hemos quedado por la visita a Combarro, este restaurante es un punto final maravilloso a la primera mitad del día.

    Pedimos para compartir:

    • Una ensalada césar.
    • Unas croquetas de mejillones y boletus.

    La atención ha sido excelente y la comida estaba rica. Además el sitio es una pasada, por lo que os lo recomiendo. Hemos quedado muy satisfechas.

    A las 14.30 horas nos ponemos de nuevo en marcha. Apenas me acerco el coche ya hay cola para aparcar en mi hueco… Es bastante estresante esto de buscar aparcamiento en Combarro…

    MONASTERIO DE SAN XOAN DE POIO

    Vamos a visitar el monasterio de San Xoan de Poio. Tardamos solo diez minutos en llegar al parking que traía seleccionado desde casa, un lugar que me deja con una sonrisa en la cara por los árboles tan floridos y coloridos que tiene. ¡¡Me encantan!

    Antes de visitar el monasterio como tal, visitamos el enorme hórreo que tienen en el interior del patio. Se trata de una construcción del siglo XVIII con las siguientes dimensiones:

    • Longitud: 33,46 metros.
    • Anchura: 3,368 metros.
    • Superficie: 112,69 metros cuadrados.

    ¡¡El hórreo es una pasada!! Me recuerda al cabazo de San Martiño de Ozón que descubrimos en nuestra escapada de nueve días a Galicia del año pasado y que me dejó con la boca abierta.

    El monasterio por fuera es espectacular, ¡¡menuda fachada!!

    Es una lástima que no lo podamos visitar por dentro porque cierra de 13 a 16.30 horas y son las 15 horas. Mecachisssss… Para aquellos que sí que lo podáis visitar, el precio de la entrada es de 2,5€ por persona.

    Nos ha encantado esta visita, ha sido exprés pero me parece de lo más recomendable.

    BOSQUE DE SECUOYAS DE POIO O BOSQUE DE COLÓN

    Arrancamos de nuevo el coche y en solo quince minutos, a través de una sinuosa carretera en permanente ascenso, llegamos al aparcamiento del área recreativa de O Castro.

    Buscando una gota de sombra

    El área me llama la atención por su tamaño, es enorme y tiene muchísimas mesas de piedra para hacer un picnic bajo la arboleda. 

    Hemos venido hasta aquí para visitar el bosque de secuoyas de Poio. «Su origen es muy reciente ya que se remonta al año 1992, cuando se conmemoró el 500 aniversario de la llegada de Colón a América. Por este motivo el gobierno americano, presidido en ese momento por George Bush padre, acordó regalar a España 500 ejemplares de secuoya roja (secuoia sempervirens) como símbolo de hermandad entre el Viejo y el Nuevo Mundo«.

    Me hacía mucha ilusión esta visita puesto que después de descubrir las secuoyas en California y, en segunda instancia, en Cantabria, me he vuelto una enamorada de esta especie… 

    En mi viaje de 26 días por la Costa Oeste de Estados Unidos visité dos parques de secuoyas que me dejaron alucinada:

    • Muir Woods (California): en este parque se encuentran los redwoods (“sequoia sempervirens”), como las de Cabezón de la Sal y las de Poio, de la misma familia que las secuoyas pero más altos y delgados que estas. De hecho son los árboles más altos del planeta.
    • Mariposa Grove (California):
      • Parque donde vive el mayor número de secuoyas gigantes del mundo.
      • Son árboles de gran longevidad pues es normal que superen los 3.000 años de vida, y los seres vivos más grandes del mundo capaces de alcanzar los 100 metros de altura y llegar a los 7 metros de diámetro en su tronco.
      • Las secuoyas no tienen raíces pivotantes profundas sino que por el contrario, sus raíces se distribuyen cerca de la superficie para capturar el agua. Si bien las raíces no penetran generalmente más de 2 metros, pueden expandirse en abanico hasta más allá de los 45 metros brindando una base estable para poder equilibrar el enorme tronco de estos árboles.
      • Las secuoyas necesitan de los incendios naturales para crecer: el fuego abre sus piñas, prepara el suelo para la germinación y elimina otros árboles que crecen con más facilidad y que compiten con ellas. Curiosamente los científicos estaban extrañados de que las secuoyas no se reprodujeran en los bosques que estudiaban hasta que descubrieron la causa, ya que a lo largo del siglo XX se había protegido tanto los bosques de secuoyas que no se habían producido incendios en los últimos 100 años. Ahora, desde los años 60 se realizan periódicamente quemas controladas que han reiniciado el ciclo natural de su reproducción.

    Tres años después descubrí en Cantabria el Monumento Natural de las Secuoyas de Cabezón de la Sal. «En 1940 el franquismo daba sus primeros pasos tras la guerra y contaba con autoabastecerse de madera, vista la situación geo – política de Europa (empezaba la Segunda Guerra Mundial) y las limitadas posibilidades de comprar en el extranjero. Un consorcio forestal plantó centenares de ejemplares de árboles exóticos de crecimiento rápido. Entre ellos, un millar de secuoyas gigantes, un tipo de árbol que proporciona madera de gran calidad, así como troncos largos y muy rectos. El proyecto se abandonó justo cuando los ejemplares empezaban a tener suficiente entidad. Están censados 848 individuos con una altura de casi 40 metros, es decir, tienen la envergadura de un edificio de 10 plantas«.

    Por ello la visita a las secuoyas de Poio me ha resultado un tanto decepcionante y prescindible, puesto que son todavía demasiado jóvenes para resultarme impactantes. El bosque es bonito para dar un paseo o para hacer un picnic, pero a mí no me resulta especialmente llamativo como bosque de secuoyas. Mi amiga, que solo conoce las de Cantabria, ha tenido la misma sensación.

    Poio
    Poio

    Tras solo diez minutos, nos ponemos en marcha de nuevo. Al bajar por la carretera sinuosa tengo que parar a sacar unas fotos porque las vistas de la costa desde aquí son brutales.

    PONTEVEDRA

    Por fin ponemos rumbo a Pontevedra. Tardamos cuarenta y cinco minutos en llegar desde el bosque de secuoyas. 

    Nos dirigimos directamente al parking Praza Barcelos de pago, recomendadas por una chica de Pontevedra, puesto que me ha dicho que han peatonalizado todo el centro y que es una locura explorar con el coche por allí.

    Vamos siguiendo mi mapa y recorriendo todos los puntos que tengo marcados.

    A la plaza de la leña (praza da leña), que había leído que era una pasada, ni siquiera le pude sacar fotos porque aunque las fachadas son muy bonitas, había tal cantidad de sombrillas y de gente tomando algo que era imposible apreciar nada.

    El pazo Mugartegui, construido entre los siglos XVII y XVIII, me pareció muy bonito. Además estaba ubicado en una plaza en la que no había nadie.

    Pazo Mugartegui

    El hecho de que la ciudad esté rodeada por el río Lérez con cinco puentes atravesándolo, le da un toque de lo más especial.

    Puente de los tirantes al fondo
    Puente del burgo al fondo

    La plaza Muelle, ubicada al lado del monolito de la carabela de Santa María, «La Gallega», me pareció encantadora, un remanso de paz.

    Plaza Muelle
    Monolito de la carabela de Santa María, «La Gallega»

    La Real Basílica de Santa María la Mayor me gustó muchísimo. Tanto su fachada con tantísimos detalles como subir a su mirador por tan solo 1€ (como donativo para restauraciones y mantenimiento). ¡¡Os recomiendo mucho la experiencia!!

    Plaza Alonso de Fonseca

    Las ruinas de Santo Domingo, de las que traía grandes expectativas porque a mi chico le habían enamorado, me parecieron bonitas pero no excesivamente llamativas. Es cierto que yo no soy muy de «piedras» por lo que mi opinión tampoco es muy válida.

    «Son los restos de un convento gótico del siglo XIV. Fueron declarados Bien de Interés Cultural en 1895. Es el edificio más antiguo de los seis que componen el Museo de Pontevedra«.

    Tratamos de sacarnos unas fotos con las letras de Pontevedra, ubicadas en la Praza Ourense, pero es misión imposible porque las han hecho tan enormes que puede sentarse un montón de gente a la vez y nadie respeta ningún espacio. Suerte que en la plaza del ayuntamiento habíamos encontrado otras letras, más pequeñas, en las que sí que pudimos posar «a solas».

    El convento de San Francisco me parece bonito para visitar por fuera. Además, las vidrieras del interior me resultan espectaculares. 

    La iglesia de la Virgen Peregrina, de la que traía anotado que «es el lugar más emblemático que ver en la ciudad de Pontevedra», no me pareció especialmente llamativa aunque sí que me resultó impresionante la lámpara de cristal que cuelga del techo. También se puede subir a su cúpula barroca por 1€, a través de 64 escalones. El cansancio ya empezaba a hacer mella por lo que esta experiencia la dejamos para otra visita.

    Iglesia de la Virgen Peregrina

    Tras recorrernos todos los puntos imprescindibles de Pontevedra, paramos a merendar para recargar las pilas. Luego nos dirigimos al parking donde pagamos 3,1€ por dos horas y quince minutos de estancia.

    Abandonamos Pontevedra a las 18.45 horas. Me ha parecido una ciudad bonita para recorrer, entre el río, los puentes y el casco histórico. Pienso que merece la pena aunque no considero que sea una visita imprescindible.

    La idea ahora era visitar unos puntos que nos quedaron pendientes estos días pero como no estoy acostumbrada a conducir, llevar el coche tanto rato me consume muchísimo la energía y de repente me siento totalmente agotada. Toca cambiar de planes y poner rumbo hacia Cambados, donde se encuentra nuestro alojamiento. Voy tan atolondrada que no me acordé de elegir la autopista sin peaje por lo que nos toca pagar 1,45€ entre Pontevedra y Cambados.

    Pasamos por el Mercadona para comprar provisiones para la cena de hoy y el picnic de mañana, pues se encuentra a solo cuatro minutos en coche del hotel – restaurante casa Rosita.

    Por fin llegamos al hotel, tras un día de intensas aventuras. Los exteriores son tan maravillosos que me paso más de dos horas sentada en la zona del estanque mientras pongo al día el diario de hoy en el blog. Me encanta este rincón, es mi favorito del hotel.

    GASTOS DEL DÍA

    • Regalitos: 17€.
    • Comida Pinela: 28,7€.
    • Entrada Iglesia: 2€.
    • Cafetería Silathe: 3,7€.
    • Parking: 3,1€.
    • Peaje: 1,45€.
    • Mercadona: 14,9€.

    TOTAL: 70,85€

    POSDATAS

    Posdata 1: todos los puntos visitados a lo largo de este viaje están recogidos en este mapa. Para poder utilizarlo basta con pinchar en el enlace azul de «mapa», NO en el propio mapa.

    Posdata 2: todas las fotos están hechas con mi móvil Samsung Galaxy S22 ultra sin ningún tipo de filtro o retoque, todas en modo normal o en modo gran angular.

    Posdata 3: me encantaría que dejases un comentario con tu opinión sobre lo que has leído.

    Puedes seguirme en mi INSTAGRAM para estar al día de todas mis aventuras.

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