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6. FUERTEVENTURA – MOLINOS DE VIENTO, AGUAS VERDES, MIRADOR DE VALLEBRÓN, LETRAS DE TINDAYA, LA OLIVA, DUNAS DE CORRALEJO
Miércoles 27 de abril de 2022
Me despierto sin pretenderlo a las 7.40 horas. He dormido regular. Creo que estoy un poco inquieta porque no me gusta conducir y hoy es el día que más horas de coche tenemos programadas, ya que vamos a atravesar toda la isla de sur a norte, además de los desvíos para las distintas visitas.
Hacemos el checkout a las 10.20 horas sin incidencias. El apartamento, Casa Viera, está genial y os lo recomiendo para una estancia en Morro Jable.
Igual que ayer, Google Maps me quiere guiar atravesando la denominada «carretera del infierno» por mi hermano y mi cuñada (señalizada en negro en mi mapa), pero después de lo que me han contado sobre ella: estrecha, sin líneas pintadas, con precipicio a un lado y gente yendo a toda velocidad, busco una ruta alternativa para evitar ese tramo y el de Tuineje a Antigua, que ya lo recorrimos ayer (espectacular por cierto – marcado en rojo en la foto inferior).
La vía que nos lleva desde la carretera nacional hasta Antigua es preciosa. Para mí Fuerteventura es la isla de los contrastes y los paisajes de ensueño.
MIRADOR VALLE DE LAS CUEVAS
A las 11.50 horas paramos en el mirador del Valle de las Cuevas, más que nada porque lo encontramos de camino. Hay parking amplio justo delante.
Desde aquí podemos contemplar una pequeña parte del valle de Santa Inés, el cual veíamos ayer completo desde el mirador de Morro Velosa, que acabamos de dejar a nuestras espaldas.
MOLINOS DE LOS LLANOS DE LA CONCEPCIÓN
Diez minutos después llegamos al pueblo de los Llanos de la Concepción, donde la idea es hacer una visita exprés a dos molinos. «Por la relevancia de estas edificaciones e infraestructuras en la actividad económica del pasado y como elemento que configura el Paisaje Cultural Insular, desde 1994 los molinos de la isla de Fuerteventura están declarados Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento«.
El primero de ellos, no tiene parking habilitado. Dejamos el coche donde podemos, al lado de la entrada de una casa, justo antes de que la carretera asfaltada se convierta en tierra.
El molino es muy bonito para una visita rápida, aunque le falte un aspa. Con esas preciosas montañas al fondo y el mirador de Morro Velosa coronando la cima más alta, es de lo más fotogénico.
El segundo molino sí que tiene espacio para dejar el coche al lado. Lo que no sabía es que no se podía acceder a él. Hay varios carteles prohibiendo el paso. Además el paisaje es mucho menos vistoso, por lo que esta es una visita totalmente prescindible.
AGUAS VERDES
A las 12.30 horas ponemos rumbo a Aguas Verdes. El paisaje desde los Llanos de la Concepción hasta nuestro destino es todo un espectáculo. ¡Qué maravilla!
La carretera hasta Aguas Verdes es perfecta (asfaltada y amplia) hasta unos metros antes de llegar a la playa, donde se transforma en una pista de tierra. Al final de la misma encontramos un amplio parking del que no hemos visto ningún tipo de señalización ni en el pueblo ni en Google Maps.
Atravesando todo el parking y girando luego a mano derecha hay que ir sorteando las rocas por donde mejor nos cuadre. Os dejo mi track de Wikiloc para que os hagáis una idea de nuestro recorrido.
Traía altas expectativas de esta visita por lo que había leído de ella, pero como nunca veo fotos de los lugares que voy a visitar, sin querer me formo mis propias imágenes en la mente. Por ello me llevé una decepción al ver que veníamos a unas «simples» lagunas naturales formadas entre las rocas. No sé por qué me esperaba unas lagunas verde esmeralda, pero claro, eso fue problema mío. Mi madre dice que le gusta mucho el lugar con las charcas en ligeros tonos verdosos entre las piedras tan negras.
Encontramos al menos cinco charcas de diversos tamaños.
A mí me empieza a llamar más la atención el lugar cuando ascendemos todo lo que podemos y encontramos unas rocas blancas (en contraste con las negras que acabamos de dejar atrás) iguales a las que ayer nos condujeron a las cuevas de Ajuy. Resulta bastante impactante el contraste del agua turquesa con las rocas negras entre las que se encuentran las lagunas verdosas mientras nosotras lo contemplamos todo desde nuestra «azotea» blanquecina.
Alucino en colores cuando veo aparecer de repente un coche en el lugar que nos encontramos. Con lo que nos costó llegar escalando por las rocas, jamás hubiese imaginado que se pudiese llegar con un vehículo hasta aquí. De hecho os recomiendo que vengáis con calzado cerrado, nunca en chanclas, para no haceros daño. CONSEJO
Si un coche ha podido llegar hasta aquí, es que hay otra salida además de bajar de nuevo por las rocas, así que seguimos la pista de tierra por la que vimos marcharse el vehículo y, casualidades de la vida, llegamos directas a nuestro Citroën Cactus, pues habíamos aparcado las primeras del parking.
Finalizamos la aventura a las 14.10 horas, tras una hora diez minutos.
MOLINA DE TEFÍA
Veinte minutos después aparcamos al lado de la molina de Tefía, donde sacamos unas fotos rápidas ya que nos pillaba de camino.
«La molina de Tefía, más moderna que el molino de viento tipo macho o tipo torre, fue ideada en el siglo XIX. Tiene la ventaja sobre el molino de viento de reunir en un edificio de una sola planta las actividades de la molienda y manipulación del grano, evitando al molinero el dificultoso trabajo de subir y bajar escaleras cargando pesados sacos de cereal«.
A seiscientos cincuenta metros de la molina encontramos de casualidad el bar Parada 33. Estamos muertas de hambre y el lugar tiene buenas opiniones en Google Maps así que dejamos el coche en el parking y hacia allí nos dirigimos.
Las chicas italianas que llevan el lugar son muy agradables y nos explican qué tienen preparado para comer hoy. Aunque tienen una carta con diversos platos, no siempre están todos disponibles. En un mostrador nos enseñan lo que han preparado para el mediodía y de ahí elegimos lo que nos apetece.
Pedimos unas papas arrugadas con mojo para compartir y dos raciones de espaguetis con beicon. Las papas estaban normalinas pero la pasta estaba muy rica y abundante. Pagamos 29,9€ por todo.
MIRADOR DE VALLEBRÓN O MIRADOR DE LA DEGOLLADA DE VALLE GRANDE
Saciadas y satisfechas nos ponemos en marcha a las 15.30 horas. Quince minutos después llegamos al mirador de la Degollada de Valle Grande (más conocido como mirador de Vallebrón), que tenemos entero para nosotras dos solas.
Hay parking justo antes del mirador.
Luego hay que ascender por un camino de tierra que nos conduce a un mirador en dos alturas.
Las vistas desde arriba son impresionantes. Tanto como el potentísimo viento que nos bambolea de un lado para otro.
Encontrarnos solas en este lugar tan asombroso es como estar contemplando otro planeta desde las alturas. Para mí es una visita de lo más recomendable.
LETRAS DE TINDAYA
Arrancamos a las 16.10 horas. Cinco minutos después hacemos una parada exprés en las letras de Tindaya, que no se encuentran en el pueblo de Tindaya, sino un poco más adelante, frente a la montaña del mismo nombre. Ahí ubicadas tienen una perspectiva perfecta para sacar un montón de fotos divertidas.
Podéis dejar el coche sin problema a pocos metros.
LA OLIVA
Continuamos camino y coincide que pasamos por delante de las letras de La Oliva, así que paramos para una foto rápida.
«También se ha instalado la gigantografía o letras corpóreas en localidades de costa como Tarajalejo, Gran Tarajal y Las Playitas, además de en los pueblos de interior como Tuineje, Tesejerague y Tiscamanita. Se trata de una inversión de 75.600€ cuyo objetivo es la promoción turística en el exterior a través de las fotografías de los propios turistas«.
Me llama la atención la enorme cantidad de aparcamiento que vemos en esa zona cuando no hay un alma.
A unos seiscientos metros tenemos que parar de nuevo porque encontramos una estampa preciosa con un pico de forma perfecta al fondo. Recordar que todos los puntos que descubrimos a lo largo del viaje los tenéis ya metidos en mi mapa de Google Maps, además de todos los parkings y demás rincones.
DUNAS DE CORRALEJO
En Google Maps hemos marcado que el camino hacia el hotel, ubicado en Corralejo, lo queremos hacer atravesando la FV – 1a, que mi chico me ha recomendado como una carretera escénica para recorrer las dunas de Corralejo.
«Conocidas popularmente como grandes playas de Corralejo, las mismas bordean las dunas a lo largo de nueve kilómetros. Con alturas que pueden alcanzar hasta los cincuenta metros sobre el nivel mar, se trata del campo dunar de mayor extensión del archipiélago canario. Declaradas Parque Natural en 1982 de la mano de su vecino el Islote de Lobos, no fue hasta 1994 cuando las dunas recibieron su propio reconocimiento bajo la denominación oficial de Parque Natural Dunas de Corralejo«.
Las vistas desde la carretera son todo un espectáculo, ¡no os lo podéis perder! Precioso, ¡¡me encanta!! Las olas batiendo salvajes con esa agua turquesa en contraste con la arena tan blanca, las dunas a nuestras espaldas y la isla de Lanzarote de fondo, es una estampa de postal.
Se puede aparcar en el arcén a lo largo de varios kilómetros por lo que vamos parando allí donde nos llama la atención para contemplar distintas panorámicas.
Esta zona es el paraíso de los amantes del kitesurf o kitesurfing (llamado también a veces kiteboarding o flysurfing). Está lleno de ellos haciendo volar sus velas, lo que la da un toque aún más fotogénico al lugar.
Os recomiendo que os alejéis lo máximo posible de los dos complejos hoteleros ubicados en las dunas: hotel Riu Oliva Beach Resort y hotel Riu Palace Tres Islas, pues afean muchísimo el entorno.
CORRALEJO
Aún alucinando por lo que acabamos de ver, llegamos a Corralejo a las 18.35 horas. Tenemos la suerte de aparcar a unos cien metros del apartamento, Mi Casa. Hemos quedado con el chico que nos tiene que dar las llaves en diez minutos.
El alojamiento está genial: amplio, luminoso, moderno… Igual que en las fotos de Booking, ¡¡me encanta!! El único hándicap que le veo por ahora es que se trata de un segundo piso sin ascensor, pero por suerte el chico nos ha ayudado con la maleta más pesada.
Desde el salón tenemos vistas directas al molino del Dulcero, ¡qué guay!
Organizamos un poco el equipaje y a las 19.30 horas nos ponemos en marcha. Vamos hasta el puerto para informarnos sobre las salidas a la isla de Lobos. «Se trata de un pequeño islote (la superficie no alcanza los cinco kilómetros cuadrados) de origen volcánico, con una riqueza natural de incalculable valor. Recibe este nombre porque en el pasado estuvo habitada por focas monje o lobos marinos, especie actualmente en peligro de extinción. La isla entera está protegida constituyendo el Parque Natural del Islote de Lobos pues su tierra, con sus playas y su costa, son el hogar de más de cien especies vegetales, de aves singulares y de un amplio catálogo de especies marinas«.
Por lo visto hay distintas embarcaciones que se dirigen a la isla pero, según nos explican, todas tienen el mismo precio. La única diferencia son los horarios, más o menos variados.
Hay que sacar un pase para poder acceder al islote de Lobos. Nos dicen que normalmente no lo piden, pero que es necesario. Basta con acceder a esta web.
Una vez dentro de la web, solo deja solicitar dos tramos horarios:
Yo elijo el primer turno porque es el que más se adapta a mis necesidades, aunque cuento con quedarme más allá de las 14 horas. Al instante me llega un email con los dos pases habilitados.
Hemos decidido hacer la excursión con la empresa ferry Isla de Lobos puesto que tiene unos horarios más variados que la otra empresa que consultamos.
Llamo a la empresa que hemos elegido y me explican que no es necesario sacar los billetes con antelación, sino que directamente mañana en el puerto podríamos sacarlos en el propio barco. Lo único que no me gusta y que nos han dicho las dos empresas que hemos consultado es que el horario en el que queremos volver hay que decidirlo ya en el barco a la ida. No vale estar en la isla y según lo bien que nos lo estemos pasando decidir marchar a una hora u otra.
Aprovechamos para ver un bonito atardecer junto al mar.
Me llama muchísimo la atención el ver la isla de Lobos tan nítida, así como el tener tan cercana la isla de Lanzarote.
Recorremos parte del paseo marítimo, donde hay unas coloridas esculturas de distintas especies de peces, así como su descripción.
Nos encontramos también con las terceras letras del día, las letras de Corralejo. ¿Qué queréis que os diga? Esto de las letras da mucho juego y es de lo más «instagrameable».
Me siento agotada después de un día de intensas emociones pero aún antes de ir al apartamento, tomamos algo en una terraza en la plaza Félix Estévez, de lo más ambientada con concierto y baile en directo. (No me dio para sacar el móvil y fotografiarlo porque estaba muerta pero la verdad es que el lugar estaba de lo más entretenido)
Cuando miro el mapa para ver cómo llegar hasta el apartamento, descubro que está en la misma calle en la que estamos tomando algo, pero en la otra punta. La verdad es que nuestro alojamiento está genial ubicado, cerca de todo pero no lo suficientemente cerca para que nos moleste el ruido.
Llegamos a casa a las 21.20 horas, donde hacemos una cena tranquila después de once horas de aventura. Hoy nos acostamos pronto que el cansancio ya empieza a pesar.
GASTOS DEL DÍA
TOTAL: 33,4€
POSDATAS
Posdata 1: todos los puntos visitados a lo largo de este viaje están recogidos en este mapa. Para poder utilizarlos basta con pinchar en el enlace azul de «mapa», NO en el propio mapa.
Posdata 2: todas las fotos están hechas con mi móvil Samsung Galaxy S10+ sin ningún tipo de filtro o retoque, todas en modo normal o en modo gran angular.
Posdata 3: me encantaría que dejases un comentario con tu opinión sobre lo que has leído.
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