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    Domingo 17 de noviembre de 2019

    Bajamos a la recepción del hotel a las 9.20 horas (abren a las 9). Tienen servicio de envío de maletas así que enviamos las tres maletas grandes al hotel de Osaka para no interferir los traslados a Koyasán de mañana, que son bastantes y en distintos medios de transporte. Ya lo había hablado con ellos hace un par de días y hoy me tenían los tres formularios rellenos con todos nuestros datos. Son tan majos… Nos cobran 2.070 yenes por cada maleta. Lo encuentro un poco caro pero es lo que hay. Les solicito también si me pueden tener mañana un taxi a las 6.20 horas en la puerta y así nos ahorramos nosotros los trámites, que ya hemos visto que los taxistas japoneses (y en general todos los japoneses) hablan cero inglés.

    Hoy vamos a pasar la mañana en Nara, ubicada en el puesto número tres de las cinco mejores cosas de Japón según los lectores de Japonismo.

    Vamos caminando hasta la estación de metro de Karasuma Oike que está al lado del hotel. Aquí solo nos deja sacar el ticket de Karasuma Line hasta la estación de Kioto, donde haremos transbordo. Cada ticket del metro nos cuesta 220 yenes. Al llegar a la estación de Kioto tenemos que pedir ayuda porque no acabamos de encontrar cómo sacar el ticket para la estación de Nara (es la estación D21). Cada ticket cuesta 720 yenes por persona. Nos da tiempo a coger el tren (Miyakoji Rapid Service) de las 10 horas. Está lleno como no hemos visto ningún otro tren hasta ahora y prácticamente no podemos ni entrar, de hecho tenemos que dividirnos para poder entrar por distintas puertas. Por suerte en la siguiente parada ya baja bastante gente y hasta conseguimos asientos y en la segunda parada, que es la de Inari, ya vamos totalmente desahogados. Llegamos a Nara 55 minutos después.

    Nos acompaña otro perfecto día de sol. Hasta ahora no ha llovido ni un solo día y ha hecho sol prácticamente todos los días. Además las temperaturas han sido muy agradables incluso excesivamente calurosas, excepto en Takayama y un día en Kioto que hizo mucho frío.

    De camino al parque de Nara encontramos una cafetería de búhos que se pueden ver desde la calle. Tiene certificado de excelencia TripAdvisor de 2017 y 2018, pero da mucha pena y no deberían permitir estas cosas. Parecen estatuas en las estanterías amarrados por cuerdas, siendo acariciados por la gente…

    Entramos en un Daiso que ya hacía días que le teníamos ganas porque de él traigo anotado:

    • Cadena de tiendas de todo a 100 yenes, excepto que la etiqueta marque lo contrario.
    • No estaréis comprando porquerías, sino artículos de bazar muy buenos.
    • Perfecto para comprar souvenirs y regalos.

    Es divertido para dar una vuelta. Tiene un montón de pijaditas.

    Nosotras queriendo ojos rasgados y las orientales queriendo nuestros ojos…

    Entramos al McDonald’s para ir al baño y resulta que tienen un piano de cola en el interior. Qué cosas… 

    Por fin a las 12 horas entramos en el parque de Nara (hemos tardado una hora por entretenernos en cada esquina. ¡Echar un vistazo al vídeo porque es divertido!).

    Iniciamos la visita por el Templo Kofukuji, que vemos solo por encima. La pagoda es enorme y preciosa (para variar…, jajaja). 

    Y por fin vemos los ciervos. Hay muchísimos, por todas partes. Se les ve hastiados de comer y muchos directamente rechazan las galletas que les da la gente. Recorren el parque a sus anchas, saltando las barandillas para atravesar la carretera e ir de un lado del parque al otro.

    Tenía muchísimas ganas de venir a Nara y grandes expectativas de este día pero pese a ver tantos ciervos, yo creo que después de haber visto los ciervos en Miyajima los de aquí para mí ya han perdido un poco de encanto.

    El hambre empieza a aparecer pero aún no hemos visto ninguno de los dos templos que traigo en el itinerario de hoy por lo que compramos un bol de fideos para matar un poco en el hambre por 500 yenes.

    Por fin a las 13 horas llegamos a la entrada del Templo Todaiji cuya Puerta Nandaimon (南大門) es gigantesca, sobrecogedora, un gran portón de madera de 20 metros de altura que data de 1199 y es considerada Tesoro Nacional.

    Estamos tardando mucho más tiempo de lo que yo pensaba en hacer el recorrido que tenía programado, el parque es enorme.

    El Salón Daibutsuden o salón del Gran Buda es el salón principal del templo Todaiji. Es el edificio de madera más grande del mundo y eso a pesar de que lo que vemos ahora es una reconstrucción un 33% más pequeña que el edificio original. Por fuera se ve enorme y precioso.

    La entrada cuesta 1.000 yenes por persona. Lo encontramos un poco caro, por lo que preferimos no entrar y verlo un poco por fuera para seguir recorriendo todo el parque.

    El camino hacia el Santuario Kasuga – Taisha ya me empieza a gustar más porque empezamos a ver los colores del momiji. 

    Hay muchísima muchísima gente. Demasiada… 

    Vamos atravesando el camino del bosque por un precioso paseo rodeado de alrededor de 2.000 lámparas de piedra (llamados tōrō), enormes árboles con raíces espectaculares y ciervos por todas partes. Merece la pena este paseo.

    Me llama la atención que los ciervos hacen reverencias como para pedir comida y si la persona le hace reverencia ellos siguen haciéndolas, es muy divertido de ver. 

    A las 14 horas llegamos por fin al Santuario Kasuga – Taisha. La visita al santuario es gratis y solo hay que pagar (500 yenes) por atravesar un pasillo con 1.000 lámparas de bronce. Pero el hambre empieza a apretar más y podemos ver las lámparas desde la zona de la entrada,

    por lo que preferimos no pagar y dar una vuelta rápida. Es una pena porque el sitio es precioso pero no lo puedo disfrutar como me gustaría porque empieza a pesarme de repente el cansancio y el hambre y en esos momentos me suelo poner un tanto irascible. 

    Bajamos como alma que lleva el diablo en busca del restaurante que traía elegido para hoy: el Sakura Burger, con certificado de excelencia de TripAdvisor. La cantidad de gente que va en sentido contrario es impresionante, da la misma sensación que cuando se ve por la tele el inicio de las rebajas y la gente entrando como loca en los centros comerciales. Hace que desmerezca un poco la visita. 

    Hoy al haber visitado zonas de santuarios (no de templos) por fin hemos podido ver a alguna niñita vestida para el Shichi-go-san. ¡Son una monada! Que conste que a todas aquellas que hemos fotografiado siempre hemos pedido permiso primero sus padres, quienes en todos los casos nos dijeron que sí muy orgullosos e hicieron posar a las niñas.

    Si repitiese ahora la experiencia de visitar Nara, para poder disfrutarlo como a mí me gustaría lo que haría sería traer un obento o algo de comida en una bolsa para comer en mitad de la ruta y luego continuar, porque hemos tratado de verlo todo antes de comer y ha sido un error. Mejor hacer la visita como en dos tandas, pero con el estómago bien lleno. Que sí que hemos visto algún puesto de comida por el camino, pero era más para picotear que para una comida en condiciones. Me da pena y rabia no haber traído el día organizado de otra manera, pero es lo que hay…

    Cuando llegamos al Sakura Burger está lleno y tiene un tiempo de espera de veinte minutos, además tiene muy pocas mesas y el interior es bastante oscuro por lo que decidimos ir a otro de los sitios que traigo apuntados: el Mellow Cafe. Está a solo cuatro minutos andando del Sakura Burger. Nada más llegar vemos que tiene pinta de ser un poco caro, pero el sitio es amplio y luminoso y todos estamos cansados y hambrientos, por lo que nos quedamos. Las raciones son un poco justas pero no hemos quedado con hambre. Hemos pedido para los cuatro:

    • Una focaccia para compartir.
    • Una pizza carbonara.
    • Una pizza margarita.
    • Unos espaguetis boloñesa.
    • Unos espaguetis tipo carbonara con champiñones y salsita espesa.

    Todo estaba muy bueno. Las camareras son muy agradables y nos sirven agua continuamente. Al final la comida (+ una cerveza) nos ha salido por 6.677 yenes entre los cuatro. Me parece un precio apropiado para lo que nos ha ofrecido el Mellow Cafe, lo recomiendo.

    Me da pena marchar de Nara sin haber podido disfrutar al 100% de ella, pero bueno, a veces las cosas salen mejor y a veces peor. Y menos mal que el primer día de Kioto cambiamos el itinerario, porque una vez hecho, creo que es un error meter Nara y Fushimi-Inari en un mismo día. Creo que es imposible poder disfrutar de ninguno de los dos en condiciones si se intenta verlos juntos el mismo día. Hemos estado en Nara más de cinco horas y me ha faltado tiempo para disfrutarlo más.

    Cogemos el tren de las 16.20 horas de vuelta a Kioto (720 yenes por persona). Durante todo el viaje podemos disfrutar de un atardecer espectacular, ¡qué bien! 

    La idea al llegar a Kioto era volver a ver la zona de geishas de Miyagawacho y acercarnos por tercer día consecutivo al Templo Kiyomizu-dera para tratar de verlo iluminado de noche, pero me da la sensación de que este viaje en tren ha multiplicado el sueño que tenemos todos y con el madrugón que vamos a pegarnos mañana para coger el taxi a las 6.20 horas creo que va a tocar cambio de planes con todo el dolor de mi corazón… Estoy que me caigo de sueño…

    Cuando llegamos a la estación de Kioto por fin está encendido el árbol de Navidad, ¡¡qué ilusión!!! ¡¡Y a los pies del árbol hay varios niños dando conciertos breves de piano!!!! 

    ¡¡Y los árboles del exterior de la estación también están iluminados!! Ya se me ha pasado todo el cansancio… jajajja.

    Nos acercamos hasta el centro comercial Yodobashi Kyoto pues Nacho quiere comprarse un detalle de Son Goku. Menuda pasada de centro comercial, es enorme y tiene miles de cosas. ¡Este país es alucinante! 

    Desde el centro comercial hay acceso directo a la estación de Kioto por el subsuelo. Sacamos los billetes para Karasuma Oike Station por 220 yenes por persona y vamos en metro hasta el hotel.

    Al final nos hemos calentado y después de dejar a mis padres en el hotel ponemos rumbo hacia el Templo Kiyomizu-dera pues mi amiga Cris está ahora mismo allí y dice que tengo que ir sí o sí porque está siendo la mejor experiencia de todo su viaje a Japón. ¿¿¿Cómo no voy a ir después de decirme eso??? Tardamos 35 minutos exactos en llegar caminando al templo desde el hotel, eso sí, a una velocidad como si nos persiguiese la peste. Cada entrada cuesta 400 yenes por persona. Y por fin podemos entrar después de tres días intentándolo…

    ¡¡¡Uaoooo!!! Este sitio es precioso, así iluminado es mágico… ¡¡Y tiene unas vistas de Kioto impresionantes!!

    El recinto es enorme. Y lo mejor de todo es todo el sendero con los árboles rojizos iluminados. ¡Es espectacular! ¡¡Menudo sitio más alucinante!! 

    Reflejos en el agua

    Esta última foto es mi favorita pues aunque para variar las fotos no transmiten nada, el ver toda esa arboleda rojiza completamente reflejada en el agua era sencillamente ¡¡¡¡ESPECTACULAR!!!! Mi segundo rincón favorito de todo el viaje

    Menos mal que al final hemos venido porque se trata de una visita imprescindible. Es uno de los lugares más impresionantes que he visitado durante el viaje. Hemos estado dentro una hora maravillosa. ¡¡Madre mía, me siento completamente feliz!! 

    Para volver al hotel descubrimos el Pontocho Alley, un callejón muy chulo y muy largo que merece la pena atravesar. Es uno de los laterales que rodea la zona de Pontocho, uno de los cinco hanamachi o distritos de geishas de Kioto, que cuenta con unas 41 geishas y 10 maikos.

    Pontocho Alley es la línea roja y la zona sombreada en azul es el hanamachi o distrito de Pontocho

    Aunque no llegamos a visitar la zona, a título informativo del hanamachi o distrito de Pontocho tengo anotado:

    • Las geishas y maikos de Pontochō son extremadamente difíciles de ver y, al igual que las de Gion, las geishas de ambos barrios están un poco saturadas de tanto turista haciendo fotos indiscriminadamente. No suelen hablarte, ni pararse, ni posar para la cámara, son más esquivas.
    • Está formado por una única calle estrecha y peatonal de 600 metros de largo y 5 metros de ancho, repleta de tiendas, restaurantes, bares, casas de té y casas de té: callejuela más famosa de Kioto.
    • En Pontocho los restaurantes son carísimos porque cenas a orillas del río.
    • La atmósfera de la calle cambia muchísimo si la visitamos de día o de noche:
      • Pontocho de día: veremos maikos y geishas sin maquillar y sin sus preciosos kimonos, yendo de compras, a clase o a tomar algo, además de muchos repartidores que traen comida a los restaurantes o encargados que limpian y preparan todo para la noche.
      • Pontocho de noche: veremos multitud de gente paseando por la calle, entrando en bares y disfrutando de las deliciosas comidas de los restaurantes. Si tenemos suerte, quizá veamos alguna maiko o alguna geisha corriendo de un banquete a otro.

    Esta ciudad es maravillosa con tantas callejuelas antiguas y bucólicas. Es mi lugar favorito de Japón junto con Miyajima. Me quedaría tranquilamente dos días más.

    Hemos visto tres maikos caminando por la calle durante un rato y aunque no han querido posar para mi foto, lo he disfrutado un montón como colofón final de mi estancia en Kioto. 

    Llegamos al hotel a las 21.30 horas, 12 horas después de haber salido, completamente exhaustos pero emocionados con todas las vivencias que hemos tenido en esta maravillosa ciudad.

    GASTOS DEL DÍA:

    • Enviar maletas (x 3): 6.210
    • Metro (de cuatro): 880
    • JR Nara (de cuatro): 2.880
    • Fideos: 500
    • Mellow cafe (de cuatro): 6.677
    • JR Nara (de cuatro): 2.880
    • Metro (de cuatro): 880
    • Templo Kiyomizu-dera (de dos): 800
    • 7/11: 770

    TOTAL: 22.477 yenes (≈ 185€)

    Todos los puntos visitados a lo largo de este viaje están recogidos en este mapa de «Japón»ver mapa.

    Para PASARLO A LA APP MAPS.ME (que es la que me guía en todos mis viajes y rutas por mostrar mucho mejor los senderos que Google Maps y por funcionar a la perfección sin conexión) solo tenéis que seguir estas instrucciones.

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