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    Lunes 18 de noviembre de 2019

    NOS DESPEDIMOS DE KIOTO

    El taxista llega cinco minutos antes de la hora. Adoro la hiperpuntualidad de este país. La chica de recepción sale a despedirnos (y eso que son las 6.20 horas y la recepción no abre hasta las 9 horas), ¡es muy simpática! El taxímetro no empieza a contar hasta que arrancamos el coche. ¡Esto no ocurre en otros países! Pagamos 1.410 yenes por el traslado desde el hotel hasta la estación de Kioto.

    En la estación de Kioto podemos sacar los billetes ya hasta Shin – Imamiya por 940 yenes por persona. Cogemos el tren de las 6.51 horas.

    Me voy de Kioto con un precioso amanecer como despedida y mucha pena. He disfrutado muchísimo de mi estancia aquí y cada día ha sido una sorpresa, desde la habitación – apartamento hasta ver el Templo Kiyomizu-dera iluminado. ¡¡¡Todo ha sido una pasada!!! 

    RUMBO A KOYASÁN

    En este primer tren hasta Osaka nos ha tocado ir de pie y totalmente hacinados. 

    Como dato curioso, en Osaka en las escaleras mecánicas hay que ponerse a la derecha y la gente que va más rápido va por la izquierda al contrario que en el resto de las zonas del país que hemos conocido.

    En el segundo tren que cogemos, con destino Shin – Imamiya, el tren vuelve a ir completamente lleno pero como tiene una frecuencia muy corta (pasa cada muy pocos minutos), decidimos no subir en el primero que vemos y esperamos al siguiente para ser los primeros de la fila y conseguir algún asiento por lo menos. Hemos debido pillar hora «puntísima».

    Llegamos a la estación de Shin – Imamiya hacia las 8 horas. Lo primero que hacemos es acercarnos a la ventanilla para comprar el «Koyasan World Heritage Ticket«. Suerte que el señor de la ventanilla habla inglés y ¡fluido! 

    Sale un tren pero con transbordos (“express”) a las 8.22 horas y a las 8.44 horas hay un tren directo (“limited express”). Decidimos coger este segundo tren y así poder hacer las cosas con calma y sin andar haciendo transbordos.

    El «Koyasan World Heritage Ticket» con «limited express» cuesta 3.450 yenes por cabeza. El taquillero me entrega por cabeza:

    • 1 ticket para el tren + el teleférico (uno para hoy y otro para mañana).
    • 1 ticket para el autobús (permite viajes ilimitados válidos para dos días consecutivos).
    • 1 cupón de descuentos.

    El tren sale del andén 1, donde justo delante se encuentra una «waiting room», por lo que podemos esperar tranquilamente sentados.

    El número de vagón que nos corresponde en esta estación está en carteles colgados del techo, cosa que tengo que preguntar porque normalmente está pintado en el suelo. En este tren sí llevamos asientos reservados, aunque en este caso no era imprescindible porque va casi vacío.

    La llegada en tren hasta la zona del «cable car» es muy bonita, atravesando de pleno la montaña y solo viendo el precipicio al lado derecho. 

    Llegamos a las 10 horas a la estación de Gokurakubashi (la última) y nos dirigimos a coger el «cable car» que está a 100 metros de donde llega el tren. El «cable car» más bien parece un autobús, ¡menudo tamaño!,

    y ¡menuda inclinación que tiene la subida! No me lo imaginaba así para nada. ¡Es impresionante el desnivel! 

    El acceso tanto al «cable car» como al autobús es un poco incómodo aún con maletas de mano, pues no hay escaleras mecánicas y toca subir bastantes escalones. Recomiendo “muy mucho” no venir cargados con mucho equipaje, y menos con maletas grandes.

    Está prohibido hacer el recorrido desde el «cable car» al pueblo caminando, por lo que una vez que finalizamos el trayecto en el «cable car» cogemos el bus (incluido en el «Koyasan World Heritage Ticket») número 22 hasta la parada de nuestro hotel, la número 7 (Odawaradori).

    KOYASÁN

    Finalmente para llegar a Koyasan, ubicado en el puesto número cuatro de las cinco mejores cosas de Japón según los lectores de Japonismo, hemos tardado dos horas y media desde Kioto teniendo que coger un total de:

    • Tres trenes.
    • Un teleférico o “cable car”.
    • Un autobús.

    KOYASAN GUEST HOUSE TOMMY

    Llegamos al hotel, el Koyasan Guest House Tommy, a las 11.40 horas. Nos permiten el hacer el check-in a esa misma hora aunque supuestamente no se puede entrar hasta las 15 horas. Tenemos una habitación – apartamento con cocina, dos camas y baño para cada pareja. Perfecta para nuestra estancia aquí. Pago los 22.000 yenes de ambas habitaciones, que solo se podían pagar en efectivo al llegar al hotel.

    El matrimonio que regenta el hotel es muy agradable y risueño. Estuvieron el año pasado en España y tratan de hablarnos en español todo lo que saben, que es poquito. La gente es tan maja aquí… Hablan el inglés suficiente para explicarnos todo lo necesario. Nos explican las cosas importantes para ver en Koyasan así como los horarios, mientras nos invitan a unos cafés y unos bizcochos.

    Todo son sonrisas…
    … siempre

    Encargamos cuatro desayunos para mañana a las 9 horas por 200 yenes cada uno, pues están bastante recomendados en internet.

    PAGODA TAHOTO

    A las 11.15 horas iniciamos la ruta por Koyasan.

    La primera visita es la Pagoda Tahoto, catalogada como Tesoro Nacional y Patrimonio de la Humanidad. La entrada cuesta 500 yenes por persona. Estamos completamente solos durante la visita. Aunque el lugar no es uno de mis favoritos, el hecho de verlo completamente solos le da muchísimo encanto.

    TEMPLO KONGOBUJI

    La siguiente parada es el Templo Kongobuji, principal templo administrativo del budismo Shingon de Koyasan. La entrada cuesta 500 yenes pero tiene un 20% de descuento con el «Koyasan World Heritage Ticket» por lo que nos sale por 400 yenes por persona. Hay dos jardines secos, uno más pequeño

    y luego el jardín Banryutei, que es el jardín de rocas más grande de Japón. Es enorme y tenemos la suerte de verlo prácticamente solos. Eso le da mucho más encanto.

    Monje al fondo

    Siguiendo el recorrido por el interior del Templo Kongobuji nos regalan una galleta y una taza de té mientras podemos escuchar al monje rezar. El interior del templo no me llama mucho la atención como viene siendo habitual, pero el jardín está bastante chulo. Al final entre una cosa y otra hemos estado una hora de visita.

    Me llama la atención que tanto la megafonía del tren que nos trajo a Koyasan como los carteles informativos que estamos viendo están en inglés y francés pero no en español.

    COMPLEJO DANJO GARAN

    Encontramos sin contar con ello un precioso camino bordeado por árboles rojos a ambos lados, preciosísimo pero lleno de gente. Menudo paseo… Corto pero ¡¡¡espectacular!!! Yo no lo sabía pero resulta que es el camino de acceso al Complejo Danjo Garan, al que llegamos a las 13 horas. Imprescindible ir del Templo Kongobuji al Complejo Danjo Garan atravesando ese maravilloso paseo.

    La visita al Complejo Danjo Garan es gratuita y solo hay que pagar si se quiere entrar en alguno de los recintos. Toda la zona es preciosa y más después de haber tenido que atravesar ese maravilloso camino. No puedo parar de repetir que: «vaya pasada de sitio, me encanta». Para entrar en la pagoda Konpon Daito hay que pagar 200 yenes. También tiene descuento con el «Koyasan World Heritage Ticket» pero con lo que vemos desde la entrada nos vale: enormes budas dorados. No está permitido sacar fotos.

    Todo el Complejo Danjo Garan es absolutamente increíble. Hay varias pagodas en el recinto y como fan de las pagodas desde este viaje, ¡¡¡adoro este lugar!!! Hemos estado solo treinta minutos recorriéndolo, pero disfrutando de cada minuto. Muy muy recomendable visitar este lugar. ¡¡Me ha encantado!! 

    La siguiente parada es el Family Mart para comprar provisiones: comida y cena.

    Aunque por mí seguiría el camino más allá del Family Mart porque tiene una pinta buenísima con ese paseo sombreado por árboles con colores otoñales, me toca ceder y volver al hotel para que todo el mundo esté contento.

    El día está muy agradable y hace calor. Lástima que den lluvia para la excursión de la tarde – noche.

    La ruta de vuelta hasta el hotel la hacemos por otro camino. Mires donde mires hay un rincón bonito que fotografiar, con el momiji empezando con fuerza. ¡¡Me encanta este pueblo!! Pasa a formar parte de mis lugares favoritos junto con Miyajima y Kioto. Mi padre dice que todos los días digo lo mismo, pero es que cuanto más veo más me enamoro de este país y de sus rincones. 

    Comemos nuestras recién adquiridas provisiones en la zona de mini cafetería del hotel mientras charlamos con los dueños, que son un encanto. Por cierto que nos hemos comprado tres pinchos morunos de pollo en el Family Mart que tenían una pinta deliciosa y han resultado ser todo trozos de piel (solo piel, nada de carne), ¡¡qué asco!! 

    Los chicos se van a quedar descansando en el hotel y mi madre y yo iniciamos la ruta de la tarde a las 15.45 horas. La idea es ir al cementerio Okunoin y que nos pille allí el atardecer (y probablemente también la lluvia).

    MANIHOUTO

    Descubrimos y entramos en un precioso edificio octogonal: Manihouto (justo delante de la parada 8 del autobús) cuya visita es gratuita y merece la pena.

    Tiene una galería que hay que recorrer a oscuras agarradas al pasamanos y vas viendo distintas sorpresas. Nos hemos echado unas buenas risas muertas de miedo nosotras solas. 

    100% recomendable la experiencia. En diez minutos se recorre entero y nos ha gustado mucho.

    Todo el camino hasta la entrada del cementerio nos ha gustado un montón y eso que todavía no hemos llegado a la parte interesante supuestamente. Este pueblo es un diamante en bruto. 

    CEMENTERIO OKUNOIN

    Cruzamos el puente Ichinohashi (entrada principal al cementerio Okunoin) a las 16.30 horas. Todo lo que vemos solo desde el puente es simplemente espectacular. Nada más iniciar el camino empieza a llover con fuerza, habrá que verlo como que le da un toque de misterio.

    Este lugar es mágico, lástima que ya esté bastante oscuro y no lo podamos apreciar con claridad, aunque los farolillos encendidos a lo largo del camino le dan un toque muy especial. Todo lo que hemos visto con luz ha sido completamente espectacular. Teníamos que haber venido mínimo cuarenta minutos antes… Entre los árboles gigantescos, las lápidas de piedra, los farolillos encendidos y los jizos de piedra con sus baberos, sin apenas gente, este sitio es sencillamente espectacular y fantasmagórico. Ahora que he conocido Koyasan sin dudar hubiese metido dos noches aquí para poder disfrutarlo al 100%. ¡¡Muy recomendable!!

    La experiencia en el cementerio es lo más místico y maravilloso que he vivido en toda mi vida. En mi opinión esta visita habría que hacerla dos veces: completamente de día para poder apreciar todos los detalles y ya de noche para vivir la magia.

    Por suerte me acabo de acordar de que traje una linterna de esas súper potentes que se colocan alrededor de la frente y de repente podemos seguir disfrutando de la visita al máximo: viviendo la magia de los farolillos y los pasillos oscuros e iluminando las lápidas y los árboles para poder seguir sacando fotos. Super super recomendable traer una de esas linternas para tener las manos libres para hacer miles de fotos (y sujetar el paraguas en nuestro caso).

    Con mis pintas por el cementerio… jajajaj

    Hacemos el recorrido prácticamente solas en todo momento. Hemos debido cruzarnos con unas diez personas en total, entre ellas un monje realizando un reportaje fotográfico, y las dos terceras partes del recorrido las hemos hecho sin ver a ninguna persona. Entre que es completamente de noche y que llueve muchísimo, por lo visto a nadie le apetece adentrarse en un cementerio. 

    Llegamos al Mausoleo de Kobo Daishi a las 17.45 horas (una hora quince minutos después de haber iniciado la visita), donde se supone que permanece Kobo Daishi, fundador de la secta de budismo shingon, en meditación eterna «concentrándose en la liberación de todos los seres». Es el corazón religioso de Koyasan, uno de los lugares más sagrados de Japón y uno de los lugares a los que llegan más peregrinos.

    El mausoleo, ubicado justo al lado del Torodo o Sala de los faroles, que ha recibido a modo de donación más de 10.000 faroles, es un lugar espectacular, mágico, no tengo palabras… Nosotras solas ante esta maravilla con todos los faroles iluminados… Es una experiencia sin igual, madre mía… La lluvia cayendo, noche cerrada y todos los farolillos encendidos… ¡¡¡¡Uaaoooooo!!!!! 

    Iniciamos el camino de vuelta después de unos dos millones de fotos (está prohibido sacar fotos pero no había nadie y no hemos podido contenernos ante la magnificencia de lo que estábamos viendo). En este caso tardamos solo treinta minutos en llegar al punto de inicio: el puente Ichinohashi. Menuda vivencia que acabamos de tener… 

    Aunque llueve a mares, por suerte no hace el frío que creíamos que iba a hacer, por lo que pasamos por el hotel cinco minutos para quitar prendas de ropa sobrantes e iniciamos ruta de nuevo.

    No contaba con ello pero en uno de los folletos que me han dado hoy de Koyasan en español leí que el camino arbolado y el Complejo Danjo Garan se iluminan por la noche y no hemos podido resistirnos a comprobarlo.

    Tardamos solo siete minutos caminando desde el hotel hasta el paseo arbolado. Hacemos todo el paseo arbolado y el Complejo Danjo Garan completamente solas. Está claro que la lluvia y el ahora también viento han echado para atrás al resto de los turistas, lo cual nos ha venido ¡¡de lujo!! Está todo el paseo iluminado resaltando aún más los árboles rojos. ¡¡Es precioso!! 

    Los farolillos encendidos en color naranja nos guían el camino hasta la preciosa pagoda Konpon Daito (iluminada de naranja), el Salón Fundido (de blanco) y la Puerta Daimon (de rojo). Toda una explosión de colores en completa soledad, dándole un aura mágica (de nuevo). 100% recomendable la visita nocturna a este complejo. Uuuufff, ¡¡¡menudo día!!!

    Llegamos al hotel a las 20 horas: agotadas, empapadas (una más que la otra) y ¡¡felices!! ¡¡¡Hoy ha sido el mejor día de todo el viaje!!!

    Llueve a mares cuando nos vamos a dormir. Único día de lluvia en todo el viaje, pero ya de llover, hacerlo en condiciones.

    A modo de consejo para evitar llegar con los pies pingando como le ha pasado a mi madre quiero comentar que hoy estrené un pantalón chubasquero que compré en Decathlon para días de diluvio como el de hoy, que lleva protección impermeable también para los zapatos, porque el año pasado se nos estropeó uno de los días de visita al Gran Cañón del Colorado por otro diluvio universal y me prometí que no me volvería a pasar algo así. He llegado con los pies completamente secos (también porque traía botas de monte impermeables). Totalmente recomendable este pantalón, ligero e impermeable.

    GASTOS DEL DÍA

    • Taxi: 1.410
    • JR ticket (de cuatro): 3.760
    • Koyasan World Heritage Ticket (de cuatro): 13.800
    • Hotel: 22.000
    • Pagoda Tahoto (de tres): 1.500
    • Templo Kongobuji (de tres): 1.200
    • Family Mart: 4.557

    TOTAL: 48.227 yenes (≈ 397€)

    POSDATAS

    Posdata 1: todos los puntos visitados a lo largo de este viaje están recogidos en este mapa de «Japón»ver mapa. Para PASARLO A LA APP MAPS.ME (que es la que me guía en todos mis viajes y rutas por mostrar mucho mejor los senderos que Google Maps y por funcionar a la perfección sin conexión) solo tenéis que seguir estas instrucciones.

    Posdata 2: todas las fotos están hechas con mi móvil Samsung Galaxy S7 sin ningún tipo de filtro o retoque, todas en modo normal o en modo gran angular.

    Posdata 3: me encantaría que dejases un COMENTARIO con tu opinión sobre lo que has leído. ¡Venga, anímate! Siempre se agradece un buen feedback…

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