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    Los viajes de Ali Fog 16 de septiembre de 2017 0 comentarios

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    Sábado 16 de septiembre de 2017

    CHEFCHAOUEN (parte 2)

    Tengo que decir que la primera llamada a la oración sorprendentemente solo me medio despertó mínimamente, pues estaba agotada.

    Nos levantamos con calma y a las nueve y media bajamos a desayunar un desayuno bastante completo para coger energía.

    Cuando acabamos, tenemos dos horas hasta las 12 que hemos quedado con Zaid en que vendrá a recogernos al riad. Pasamos las dos horas perdidos de nuevo por las calles de Chefchaouen, que dan una sensación de paz total al no haber ningún coche (solo alguna mini furgoneta esporádica) y casi ninguna persona. Nos ha encantado el pueblo, además a estas horas de la mañana encontramos muchos callejones completamente vacíos, es una sensación maravillosa recorrer estas calles tan bonitas completamente solos… ¡¡¡Nos ha enamorado el pueblo!!! 

    Y lo que más lo que más, el callejón “El Asri”, el más bonito desde nuestro punto de vista y desde el de los demás creemos que también, ya que siempre había gente sacándose fotos y gente esperando para poder sacárselas. De hecho mi hermano me contó después que es la típica imagen que aparece cuando buscas Chefchouen en Google… ¡Lógico! 

    Tras patear un montón me da pena tener que volver ya al hotel, por lo que paramos en la misma terraza de ayer, en la plaza Uta Hamam, justo enfrente de la kasbah. Me hacía ilusión sentarme en primera fila sin más mesas por delante, pero nos dan una mesa en segunda fila. Tras comentárselo al chico, en un momento nos ponen una mesa con dos sillas y una sombrilla justo delante de todos los demás. A los que de repente les tapamos un poco la visión seguro que no les hizo tanta gracia… Jajajaja. Tomamos lo mismo que ayer y vemos que en la carta los refrescos están a 8 dirhams, aunque nos los cobran a 10… No les decimos nada ya que se han portado con lo de la mesa. De camino al riad Nacho compra un imán de recuerdo para un amigo que los colecciona, por 15 dirhams (no regateamos porque nos parece un precio correcto). Cerramos las maletas y viene un chico del riad a ayudarnos con ellas ya que Zaid no encontró aparcamiento (está la cosa bastante complicada para dejar el coche en este pueblo) y nos está esperando mal aparcado. Nos despedimos de este pueblo tan bonito y nos vamos rumbo a Volubilis.

    Por el camino no puedo callarme y le pregunto a Zaid por el tema del buffet libre de las cenas, de quién lo paga y de si les sale rentable. Me explica que en Chefchaouen no suelen dar media pensión en los hoteles sino solo el desayuno, por lo que algunos riad tienen este tipo de conciertos con alguno de los restaurantes del pueblo pero que en la mayoría de los próximos hoteles a los que vamos a ir, la cena se realiza en el propio hotel. Todo esto ya me cuadra más porque de verdad que ayer flipé mogollón, aunque es verdad que como dice Zaid el concierto lo tienen con restaurantes que manejan unos precios determinados (lógico), no es que nosotros elijamos el sitio que queramos para cenar.

    Por el camino vemos unos cuantos grupos de niños de unos diez años y algunos nos solicitan autostop. Zaid nos cuenta que algunos tienen que caminar tres o cuatro km a la escuela por no tener autobuses y que es habitual que hagan autostop. Además nos dice que en Marruecos los niños van al colegio de lunes a sábado, descansando solo el domingo.

    Le preguntamos a Zaid por los distintos polvos de colores que hemos visto en Chefchaouen dudando de si serían algunos tipos de especias, pero nos dice que son polvos de pintura ya que cuando sean de especias lo notaremos por el olor… Claro, vaya chorrada que hemos preguntado… 

    Hablando hablando comento que tengo muchísimas ganas de llegar al desierto. Zaid me explica que el campamento en el que vamos a dormir es de lujo, con baños y duchas en las habitaciones, y que cuando hace calor la gente suele dormir al aire libre, disfrutando del cielo estrellado. ¡¡¡¡¡¡¡¡Qué ganas de que llegue!!!!!!! 

    Paramos a comer por el camino en el Motel Rif un lugar sin más interés, con unas cuantas moscas cojoneras y donde solo se puede comer menú, con varios primeros y segundos a elegir. Nacho y yo comemos lo mismo: tortilla de gambas y entrecot. No puedo decir que fuese la mejor comida de mi vida… Eso sí, probamos nuestro primer té de menta (o «whisky bereber»), que aparte de estar hirviendo estaba bueno. Pagamos 230 dirhams entre los dos y continuamos ruta hacia Volubilis. Durante la comida Zaid nos explica que a medida que bajemos hacia el sur la comida será de mejor calidad y mejor precio.

    VOLUBILIS

    Llegamos a Volubis a las 16.30 horas. Se trata de una antigua ciudad romana fundada en el siglo III antes de Cristo y que fue un importante puesto de avanzada militar del Imperio Romano. De hecho es el asentamiento romano más grande del país y es considerado como el sitio que tiene las ruinas mejor conservadas del norte de África, por lo que son consideradas como Patrimonio de la Humanidad desde 1997.

    Tengo que decir que solo estamos dentro media hora ya que tras haber estado en Roma y en Atenas, estas ruinas no nos impresionan mucho. La entrada nos ha costado 10 dirhams por cabeza. Tomamos unos helados contemplando las ruinas (35 dirham) y nos vamos rumbo a Fez, pasando por Meknes para una visita rápida desde el coche. Solo bajamos un momento a sacar un par de fotos y al cruzar la calle por el paso de peatones todos los coches nos pitan porque quieren pasar, pese a que estamos pasando por la zona correcta. Ya hemos visto y nos ha quedado claro que en las ciudades nadie respeta las normas de circulación de forma exagerada, es un caos, la mayoría de las veces no sabes si la carretera es de uno, dos o tres carriles ya que la gente va completamente a su bola ocupando carriles inexistentes. Y de las rotondas ya mejor ni hablamos… Me dan un poco de miedo… 

    Durante el viaje hablamos con Zaid sin parar. Se nota que ya vamos cogiendo más confianza. Es guay esta forma de viajar ya que al ir con alguien autóctono y que habla español perfectamente le puedo ir preguntando las miles de dudas que me van surgiendo a cada momento.

    FEZ (parte 1)

    De camino a Fez Zaid nos advierte de que tanto en Fez como en Marrakech debemos tener cuidado con los móviles ya que la gente te lo roba de la mano cuando estás hablando o sacando fotos sin estar prestando atención. Llegamos a Fez a las 19.30 horas.

    Nos alojamos en el Riad Jardín Chifra. Nada más llegar y antes de subir a la habitación, nos pasan a su precioso patio iluminado con un montón de luces y con una fuente que cae de forma continua y nos ofrecen el té de menta símbolo de amistad. 

    Tanto lo que he visto del riad como el recibimiento como el patio me encantan y me siento súper feliz, además el chico que nos atiende es amigo de Zaid y es súper majo y se queda un rato con nosotros para contarnos cómo fue la celebración de la Fiesta del Cordero, que tuvieron hace unos días, y que Zaid pasó con él en este riad. Nos echamos unas buenas risas escuchando sus anécdotas de cómo la mayoría de los clientes eran súper escrupulosos pero que los chinos se lo comían todo sin problema ninguno, y cuando hablamos de todo, decimos que del cordero no dejan ni los ojos… Jajajaja.

    Subimos a la habitación a organizar las cosas y asearnos un poco y quedamos a las 21 horas en el patio para cenar. Al entrar en la habitación nos encontramos nada más y nada menos que con una cama matrimonial, dos camas individuales y un sofá. Mola… 

    Parte de lo bueno que tiene el hecho de tener que pasar grandes ratos en el coche es que puedo ir actualizando el diario casi al instante con lo cual no se me irán olvidando los pequeños detalles y podrá quedar mucho más completo.

    Bajamos a cenar y esta noche ya tenemos menú cerrado: nos dan a elegir, de primero, entre una ensalada y una sopa de verduras, y de segundo entre tajine de pollo y tajine de albóndigas. Decidimos elegir los dos la ensalada de primero y, de segundo, uno de cada para probarlos. Cuando nos llega la ensalada vemos que viene llena de pepino… ¡¡¡Porras!!! No nos gusta nada el pepino… Por lo que picamos un poquito de tomate y lechuga y poco más. Los tajines están buenos, sin más.

    De postre nos traen para compartir un flan y un postre típico marroquí que son los shebakiya y que ¡¡¡están muy buenos!!! Me recuerdan de sabor a los hojaldres de Astorga.

    Se me había olvidado comentar que, por lo que veo, tanto en las comidas como en las cenas siempre ponen aceitunas de pincho, eso sí, de sabores muy variados, lo cual a mí me viene genial porque a Nacho no le gustan y así me las puedo comer yo todas; mientras, él aprovecha y come sin parar todo el pan de la mesa. Dice que le gusta un montón el pan de aquí. Durante el postre llega Zaid, que nos explica que estaba en la terraza del riad cenando con unos amigos. Se queda un buen rato con nosotros y nos reímos un montón enseñándole palabras asturianas. Es como una esponja con respecto a los idiomas y dialectos en general y le encanta aprender. Al agua de la cena nos invitan los dueños del riad ya que dicen que por venir con Zaid somos como de la familia. Tras una buena sobremesa, subimos a conocer la terraza y, de paso, entramos en una especie de jaima donde están los amigos de Zaid. Es una experiencia enriquecedora ya que son todos bereberes del desierto y nos tocan algunas canciones del desierto con la guitarra. Me parece una pasada estar disfrutando de algo tan auténtico. Me llama mucho la atención el hecho de que la mayoría de la gente del desierto hable español… Nunca había pensado en ello, pero nunca lo habría imaginado. A las 23.30 horas nos encontramos bastante cansados y mañana nos espera un día súper intenso conociendo la medina de Fez, por lo que nos despedimos de nuestros compañeros del desierto y volvemos a la habitación para ducharnos y a la cama, que mañana será otro día.

    Pese a que hoy hemos pasado la mayor parte del día en la carretera, me lo he pasado muy bien y me he reído un montón. De hecho hubo un momento en que empezamos a hablar del tema de los baños y más concretamente de los baños turcos y los baños con taza. Yo contaba que el único baño turco que probé hasta ahora me daba bastante asquito y eso que estaba limpio. Y Zaid me decía que él al venir del desierto prefiere mucho más usar el desierto como baño y sino, como alternativa el baño turco, ya que dice que a él lo que le da asco son los baños de taza y que además no se apaña, por lo que a veces ha llegado a ponerse de cuclillas sobre la propia taza para no tocar nada… Según me lo dijo, me imaginé totalmente la escena y no podía parar de reírme.

    Decir también antes de que se me olvide que durante este viaje me está siendo muy útil un bote pequeño que llevo con desinfectante puesto que cada dos por tres noto que tengo las manos sucias, y por lo menos me lo echo siempre antes de comer, lavándome las manos previamente.

    GASTOS DEL DÍA

    • Agua: 4
    • Imán: 15
    • Refrescos: 20
    • Comida: 230
    • Entrada volubilis: 20
    • Helados: 35

    TOTAL: 324 dirhams, unos 33 €.

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