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    (DÍA ANTERIOR) / (POST FINAL)

     

    Domingo 6 de mayo de 2018

    TOUR POR LA HABANA NUEVA

    Suena el despertador a las 8.50 horas. Último día en La Habana y último día en Cuba… ¡¡Qué penita!! Tomamos nuestro último comprimido de Probióticos. No sabemos si nos habrían hecho falta o no pero hemos estado bien de la barriga todos los días, así que yo los veo como que han sido efectivos.

    Desayunamos fruta, huevos fritos, yogur, pan con mermelada y mantequilla, zumo y café con leche.

    Alberto llega puntual a las 10 horas. Le regalamos todo el mega botiquín que habíamos traído así como varios tubos de pasta de dientes, una caja de galletas y revistas para su madre. A nosotras todo eso no nos hace falta y a él seguro que le viene genial, sobre todo los medicamentos.

    En principio el día de hoy lo íbamos a hacer por nuestra cuenta, pero en vista de lo a gusto que estuvimos con Alberto durante todo el viaje, que además parece una enciclopedia andante, y que al reestructurar el itinerario, en vez de tres días en La Habana al final del viaje, tenemos 1 y medio, decidimos contratar con él el tour por La Habana Nueva. Era una forma de aprovechar muchísimo mejor el día y de ver todo aquello que nos había llamado la atención y que Alberto nos había sugerido una vez conocidos nuestros gustos.

    Así que empezamos el tour. Nuestro chófer de nuevo es Orley, con su Pontiac del 54. Es un chófer muy recomendable puesto que conduce muy bien, es muy amable y entrañable, y su coche tiene muy buena capacidad para equipajes grandes. Lo recomendamos al 100%. (orley.hernandez@nauta.cu)

    Antes de arrancar siempre me gusta pagar. En el caso de hoy son 25 CUC para Alberto y 50 CUC para Orley (que acaban siendo 60 porque decidimos alargar la visita más allá de las 14 horas para tomarnos las cosas con calma). Nuestra primera parada es el lobby de un hotel para conectarnos a Internet y poder hacer el check in online. Descubro con asco que Iberia de nuevo ha cambiado el avión y de nuevo nos han cambiado los asientos a la zona de sardinas en lata… No cuento con que podamos conseguir ningún cambio, pero lo intentaremos…

    Después de esta mala noticia nos dirigimos al Cristo de La Habana, que se encuentra un poco más allá de la Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. El Cristo tiene una altura de veintitrés metros y está hecho de mármol blanco. Tras su creación, tres rayos impactaron en él teniendo que ser reformado por la creadora que por precaución había guardado grandes cantidades del mármol con el que se construyó.

    Tiene unas vistas espectaculares de una parte del Malecón, así como de la zona donde atracan los cruceros.

    De aquí nos dirigimos hacia el barrio de Miramar atravesando todo el Malecón, que es considerado el “asiento más largo de La Habana” con sus ocho kilémtros de longitud.

    El barrio de Miramar se construyó en torno a una gran avenida que denominaron la Quinta Avenida, ya que las manzanas recrean las de Manhattan, con unas medidas regulares de 100 x 200 metros. El nombre de Miramar es debido a que está orientado hacia la bahía de México, “mirando al mar”.

    Alberto nos lleva a un lugar que nos llamó un montón la atención el día que lo atravesamos de camino a Viñales: el Parque del General Mariano Ignacio Prado, más conocido como el parque de los jagüeyes, que es el árbol que vimos el otro día en Cienfuegos donde la Aduana, pero aquí hay más de diez juntos.

    Es una pasada verlos ya que de sus ramas superiores nacen raíces en forma de estalactitas que acaban llegando al suelo y enterrándose en él. Alberto nos cuenta que estos árboles tienen varias utilidades, ya que se utilizan como árboles ornamentales y para dar sombra, y su savia se usa como medicamento y como trampa para insectos a modo de pegamento. De verdad que merece mucho la pena la visita de este parque, por lo menos para mí, que me encantan los árboles enormes y diferentes. Además este parque es el lugar de reunión de Las Damas de Blanco, movimiento ciudadano cubano que reúne a esposas y otros familiares de presos cubanos considerados generalmente como presos políticos, si bien el gobierno de Fidel y Raúl Castro y sus partidarios los consideran presos comunes.

    Nuestra siguiente parada es un “regalo” de Alberto para mi madre una vez conocido el gusto de ella por el arte. Nos dirigimos a Fusterlandia, ubicado en el barrio de Jaimanitas, a 17 km de La Habana Vieja. Se trata de un proyecto cultural comunitario, una “intervención urbanística a modo de complejo escultórico monumental”. Todo empezó en 1992 cuando un tal Fuster, graduado en la Escuela Nacional de arte como escultor, ceramista y pintor, decide empezar a decorar su casa con trozos de cerámica. Los vecinos al ver lo bonito que era le piden que decore también sus casas, lo que se traduce actualmente en unas cincuenta casas a lo largo de cinco calles, decoradas con cerámica de múltiples formas, tamaños y colores, inspiradas en Miró, Marc Chagall, Gaudí y Picasso. Priman motivos de la realidad cubana, especialmente de su flora (palma real) y de su fauna. No contempla límites temporales ni espaciales por lo que va seguir expandiéndose.

    Centro de salud

    Es una pasada hacer un recorrido por la zona y más cuando se llega a la casa del propio Fuster (horario de 9.30 a 16 horas), donde aún reside, que es completamente espectacular. Enorme y llena de colores, como vivir en un cuento tipo “Charlie y la fábrica de chocolate”.

    Fusterlandia

    Su entrada es gratuita. Además tuvimos suerte porque cuando la visitamos había muy poca gente, y de la que nos íbamos acababan de llegar dos autobuses repletos de gente.

    De nuevo la siguiente parada es otro “regalo” para mi madre. Se trata de otro proyecto cultural comunitario que data de 1990 y cuyo objetivo es rescatar y preservar la cultura afro – cubana: el Callejón de Hamel.

    Entrada al Callejón de Hamel + Cocotaxi

    Fue declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO. La decoración está hecha con objetos reciclados como trozos de coches, de bañeras, de pianos… y como en Fusterlandia, el autor, Salvador González Escalona, reside en el centro del callejón. Tenemos suerte porque solo los domingos de 12 a 15 horas, tiene lugar un espectáculo de rumba del grupo Cayo Hueso.

    Lo malo es que hace un calor horroroso, hay muchísima gente, y el callejón es bastante pequeño, por lo que acabo un poco agobiada… Aunque reconozco que el lugar es muy llamativo y merece la pena visitarlo.

    De aquí nos dirigimos a comer. Puesto que es el último día, hemos decidido invitar a Alberto y a Orley a comer con nosotras y darnos un buen festín. He elegido el sitio guiada por TripAdvisor: La catedral, en el Vedado, y acertamos de pleno. El sitio en sí está genial y los baños eran los más limpios y completos que hemos visto en toda Cuba; el personal muy amable y profesional; y la comida deliciosa y muy abundante.

    Pedimos dos entrantes para compartir (croquetas de queso y ensalada de atún), y luego cada uno su propio plato:

    • Yo pedí arroz frito, que me encanta, y que estaba buenísimo.
    • Mi madre espaguetis con beicon.
    • Orley pescado gratinado con camarones.
    • Alberto lomo con camarones.

    Muy recomendable este sitio. De hecho encargamos dos supuestos sándwiches para la cena que, cuando los trajeron, nos dio un ataque de risa por lo desorbitado de su tamaño.

    Pagamos 65,85 CUC, incluyendo cinco Coca Colas, dos cervezas, un postre y un café.

    Nuestra siguiente parada es el Gran Parque Metropolitano de La Habana, al que entramos a través de la zona denominada Parque Almendares (lo especifico porque el Gran Parque tiene una extensión de siete kilómetros cuadrados). Se trata de un parque creado de forma natural, no por la mano del hombre. ¿Cómo describirlo? Lo poco que vemos es completamente espectacular. Como estar en una película de James Cameron. Algo que no parece de este mundo y que es increíble que se haya creado de forma natural. Impresionante. Difícil describirlo con palabras.

    Las fotos no le hacen justicia para nada. Unos árboles que parecen crear cortinas y sólidos muros con sus ramas. 200% recomendable su visita. ¡¡¡Nos gustó muchísimo!!! De la que marchábamos se estaba llevando a cabo una ceremonia religiosa afro – cubana y estaban a punto de matar una cabra, que chillaba como una loca… Fue un poco horrible la verdad. Alberto nos comenta que esos rituales son algo habitual.

    De aquí hacemos ya dos breves paradas antes de regresar a la casa particular, donde hemos reservado la habitación para el día de hoy por 25 CUC aunque no vayamos a dormir, pero por lo menos la tenemos para descansar un poco y ducharnos. La primera parada es el Cementerio de Colón que es uno de los cuatro más importantes del mundo. Cobran 5 CUC por persona por lo que solo entramos al inicio y Alberto nos da la explicación correspondiente.

    La segunda parada es la Plaza de la Revolución, que me parece más bien un descampado o una zona para aparcar. No me la esperaba así, la verdad. Se trata de un símbolo de la revolución cubana ya que después 1959, momento en que triunfó la Revolución Cubana, se han celebrado allí la mayor parte de los discursos políticos. Actualmente es el centro político y administrativo de Cuba por los edificios que la rodean.

    Aquí finaliza nuestro tour y a las 17 horas nos encontramos ya en la casa de Raquel. Nos despedimos con pena de Alberto, quien ha sido un guía excelente, muy formado en sus explicaciones, adaptándose a los cambios sin problema, y siempre proponiendo alternativas o ideas a medida que iba conociendo mejor nuestros gustos. Ha sido un placer realizar este viaje con su compañía y lo recomendamos al 200%. Este viaje no habría sido lo mismo sin él, ni nada que se le parezca. Le damos 20 CUC de propina, que es menos de lo que se merece, y nos despedimos de un amigo.

    Orley se va a descansar un rato ya que vendrá dentro de dos horas a recogernos para llevarnos al aeropuerto. Íbamos a coger un taxi pero como al final alargamos tanto el tour, a Orley no le importa esperarnos y así le pagamos a él los 20 CUC del traslado.

    Nos duchamos y finalizamos las maletas. De nuevo las pesamos con la báscula portátil y luego yo envuelvo la mía con el film transparente y la cinta aislante, y le pongo la cinta identificativa.

    El tiempo pasa rápido y en nada ya nos estamos despidiendo de Raquel, quien ha sido siempre muy atenta y amable con nosotras. Totalmente recomendable hospedarse en su casa, tanto por su céntrica ubicación, la comodidad de la habitación, por sus desayunos, y por la amabilidad de todo el que allí trabajaba.

     

    RUMBO AL AEROPUERTO

    Orley nos ayuda con las maletas y en un abrir y cerrar de ojos ya estamos en el aeropuerto y hemos finalizado nuestro viaje a Cuba… ¡¡¡¡¡Qué pena!!!!!

    Pagamos a Orley los 20 CUC acordados y nos dirigimos al mostrador de Iberia, donde no tenemos a nadie delante. Comentamos el tema de los asientos y nos los cambian a unos como los que habíamos reservado. Hasta que no monte en el avión, no lo creeré. El trabajador de Iberia nos explica que lo del cambio de avión lo están haciendo desde hace un par de semanas, a diario, pero que antes solo ocurría de forma muy puntual. Estupendo…

    Los siguientes pasos son pasar el control de pasaportes + mostrar el billete de avión (no nos piden en ningún momento el visado ni las “Tarjeta internacional de embarque y desembarque”), y luego el control de equipajes de mano donde aunque por megafonía dicen que el máximo de líquidos por persona es un frasco de 100 ml, a la hora de la verdad no mandan sacarlos de la maleta ni los revisan. (CONSEJO) Piden a todo el mundo que se descalce por lo que recomiendo llevar calcetines.

    A las 20.15 horas ya hemos finalizado todos los trámites y nos quedan dos horas hasta la hora de embarcar. Suerte que hay wifi y con buena señal por lo que ya tenemos para entretenernos. Nos han sobrado 6 CUC en total de lo que hemos cambiado por lo que aprovechamos para comprar dos botellines (“pomos”) de agua pequeños (3 CUC) y dos tarjetas de Etecsa de 1 CUC, que creemos que no nos dará tiempo a utilizar, pero por si acaso.

    A las 22.20 horas embarcamos y cuando subimos al avión… ¡¡¡¡¡Por fin!!!! ¡¡¡¡¡¡Tenemos exactamente los asientos por los que había pagado!!!!! ¡¡¡¡Qué ilusión!!!!

    (CONSEJO) Recomiendo siempre reservar los asientos de emergencia pero la fila central y no la de los extremos, ya que en la fila central, una vez que se ha despegado, se puede colocar la maleta de mano a modo de reposa pies, mientras que en los extremos no se puede.

    Despegamos con quince minutos de adelanto. A las 24 horas empiezan a servir la cena pero nosotras ya nos hemos comido parte de nuestros sándwiches en el aeropuerto, que estaban muy buenos y aún nos queda casi uno entero para la comida en Madrid.

    Después de mil cambios de postura, aunque consiguiendo dormir unas seis horas, a las 12.30 hora española nos despiertan para darnos el desayuno. Consta de un sándwich de jamón y queso, un poco de fruta, un bombón de chocolate (es la primera cosa de chocolate que comemos desde que llegamos a Cuba) y una magdalena.

    Aterrizamos en Madrid tras 8.40 horas de vuelo y llegamos a Asturias a las 17 horas, sin que haya habido ninguna incidencia.

     

    GASTOS DEL DÍA

    – Coche clásico Habana Moderna: 60
    – Tour Habana Moderna: 25
    – Comida La catedral: 65,85
    – Propina a Alberto: 20
    – Casa particular Raquel: 25
    – Traslado al aeropuerto Orley: 20
    – 2 botellines de agua: 3
    – Tarjetas Etecsa 1h x 2: 2

    TOTAL – 220,85 CUC (≈ 199€)

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