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  • 4. AV ANDRÁSS, CITY PARK, BALNEARIO SZÉCHENYI

    Miércoles 27 de noviembre de 2019

    Hoy salimos del hotel a las 9.45 horas. Nuestra primera parada es el Gozsdu Udvar, que casi nos pasamos de largo porque la única señalización que vimos fue (de milagro) una placa en la pared:

    • Zona peatonal, hervidero de vida diurna y nocturna.
    • Hay entrada desde el nº 13 de la calle Kiraly ypor el nº 16 de la calle Dob.

    No hay mucho ambiente todavía pero hay muchísimos bares (muchos para desayunar) y tiene muy buena pinta. Seguro que por la noche está muy animado.

    Seguimos hasta la Avenida Andráss que recorreremos de principio a fin:

    • Una de las avenidas principales de Budapest.
    • La única calle del mundo declarada por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad.
    • Algunos la comparan con la Avenida de los Campos Elíseos de París.

    Entramos en el Café Múvész del año 1898 que está chulo para una visita rápida.

    Nos desviamos a Városligeti Fasor. Este enorme bulevar con sus veredas arboladas se usaba para carreras hípicas en el siglo XIX.

    Me encanta toda esta zona de calles y avenidas para perderse y pasear. Muy muy recomendable con sus maravillosas mansiones y villas.

    A las 11 horas llegamos al City Park o Parque Városliget, pero está todo vallado con un muro y lleno de grúas gigantes en su interior.

    Nos acercamos a ver la Plaza de los Héroes, que no me imaginaba así para nada y que es preciosa con todas sus esculturas.

    A lo lejos podemos ver el Castillo Vajdahunyard, pero antes de adentrarnos en el parque decidimos coger la línea de metro 1 (amarilla), la más antigua de Europa y la segunda más antigua del mundo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, para ir viendo alguna de sus estaciones.

    Pensábamos que cada estación sería diferente una de otra, pero en realidad son todas iguales solo que unas son las originales y otras están reconstruidas. Son bonitas de ver pero, vista una vistas todas, así que a las 11.45 horas decidimos cambiar el itinerario y cogemos el metro de vuelta hacia el otro sentido hasta la última parada: Mexikói Ut.

    Tengo apuntado un buffet libre para comer (Trofea Grill Zuglo) y ya tenemos hambre.

    Para ser solo las 12 del mediodía y estar bastante alejado del centro, hay un montón de gente. Solo se puede pagar en efectivo y el precio es cerrado de 4.900 HUF. Se puede pagar en euros. Incluye barra libre de comida y bebidas. Algunas bebidas alcohólicas tienen un cargo extra (no todas). Todo está muy sabroso y todo el personal está muy pendiente de la comida y de que todo esté correcto. Tienen comida ya hecha, incluido sushi, y comida para hacer a la plancha. El sitio es amplio y la decoración tiene su punto. El único «pero» es que para mi gusto la iluminación es muy tenue y que los nombres de las distintas comidas solo están en húngaro (así que sorpresa sorpresa), por lo demás recomiendo esta «franquicia» que tiene varios restaurantes repartidos por Budapest. Por cierto que hoy debe ser el día de las celebraciones o la gente debe venir a celebrar aquí sus eventos, porque cada dos por tres están apagando luces y poniendo músicas diferentes (de cumpleaños, de boda, de felicitaciones…) y trayendo tartas con bengalas para distintas mesas mientras todos aplaudimos. Más de ocho celebraciones hemos visto.

    A las 13.30 horas iniciamos ruta de nuevo. Cuando llegamos al Castillo Vajdahunyard me impresiona mucho su tamaño, pensé que era algo pequeñito y es casi tan grande como el Parlamento:

    • Inicialmente se levantó en madera y cartón para la expo de 1896, pero tuvo tanto éxito que se reconstruyó utilizando piedra y ladrillo.
    • Es una réplica del castillo de Drácula.

    Vaya pasada de sitio, ¡¡me encanta muchísimo!! Diría que hemos estado más de una hora descubriendo cada rincón de la zona exterior del castillo. Nos ha encantado toda la zona, tanto el castillo en sí como todo el paisaje cubierto por un manto de hojas otoñales, y eso que todas las fuentes y estanques están sin una gota de agua. Uno de mis lugares favoritos sin duda de todo Budapest.

    Están los operarios preparando la pista para patinar sobre hielo.

    A las 15 horas llegamos a la entrada principal del Balneario Széchenyi:

    • El más frecuentado.
    • Horario del mostrador de recepción: 9 – 18 horas.
    • Horario de las instalaciones: 6 – 22 horas. Es posible permanecer allí hasta esa hora, pero hay que llegar antes de las 18h.
    • Si se entra por la puerta principal (la que da a Allakterti Art.) se puede estar dentro hasta las 22 horas, pero si se entra por la lateral solo se puede estar hasta las 19 horas. OJO

    Les enseño el voucher en el móvil y nos entregan dos pulseras sin mucha más explicación. Es recomendable traer de casa las toallas y las chanclas porque los precios de venta de aquí son bastante caros: toallas por 5.490 o 6.490 HUF y chanclas desde 2.690 HUF. También se pueden alquilar: toallas por 2.000 HUF (+ 2.000 HUF como depósito de garantía), albornoces por 3.500 HUF (+ 3.500 HUF como depósito de garantía)…

    Las cabinas para cambiarse son grandes para una persona pero un poco justas para dos. Se abren con las pulseras y ahí dentro es donde se dejan las pertenencias. De las tres piscinas exteriores, una de ellas está en reparación y no se puede utilizar (cosa de la que no avisaron en ningún momento al sacar las entradas y me parece bastante relevante). Debe ser la de los chorros y zonas de burbujas. Es una lástima, pues la otra es solo para nadar (con uso obligatorio de gorro)

    y la tercera es una mezcla entre las peceras del Mercado Central del otro día (por la cantidad de gente que hay) y la Torre de Babel (por la cantidad de idiomas que se escuchan): todo el mundo está metido en esa.

    Está a 28° y en el exterior hay 9°. Es increíble que muchísima gente se está bañando con sus móviles dedicándose a sacarse selfies sin parar… Qué horror hasta dónde ha llegado la adicción al móvil y a los selfies en vez de disfrutar tranquilamente de las piscinas.

    Para ir a las piscinas interiores hay que atravesar la zona de piscinas exteriores por narices. Podían tener un corredor para no tener que morir congeladas. Damos una vuelta por las piscinas interiores buscando alguna con chorritos o jacuzzi o algo, pero son todas normales. La única de chorritos es la que están reparando…

    Para encontrar de nuevo nuestras cabinas para cambiarnos es toda una odisea, subiendo y bajando escaleras y teniendo que preguntar dos veces, vaya rollo. No hay nada indicado.

    Para secar el pelo hay varias zonas con secadores que apenas tienen potencia y que si se tiene el pelo un poco largo no sirven de mucho. Además no hay enchufes, por lo que no tiene sentido llevar tu propio secador.

    A las 17 horas ya estamos cambiadas y listas. Como resumen decir que yo no soy muy de balnearios en general por lo que no me parece una visita imprescindible, aunque ha estado bien.

    Salimos de nuevo rumbo al Castillo para ver si se ilumina por la noche. Y sí que está iluminado pero no se aprecia para nada todo lo que hemos visto durante el día. Eso sí, ahora por la noche no hay prácticamente nadie y eso siempre da puntos extra.

    Ya han abierto la pista de patinaje sobre hielo, ¡¡no nos lo esperábamos!! Es muy grande y hay un montón de gente patinando.

    A un lado de la Plaza de los Héroes o Hosok Tere, el Museo de Bellas Artes cuyo exterior se asemeja a un templo griego se ve precioso iluminado.

    Con el frío que hace y aún con el pelo mojado nos apetece una de las sopitas de Leves. Aunque cierra dentro de 1h (a las 19 horas) vamos a intentar llegar para tomarnos una. Cogemos de nuevo el metro de la línea 1 (amarillo) en Hösöc Tere hasta Deak Ferenc Ter y luego el tranvía 49. Cuando llegamos a Leves solo quedan 2 tipos de sopas y ninguna es la que nosotras queríamos (deben ser las que no quiere nadie). Una es fría y la otra caliente de maíz. Me arriesgo a pedir la de maíz pero el chico me ve dudar y me la deja probar primero. No nos gusta mucho así que nuestro gozo en un pozo porque nos quedamos sin sopita. Cogemos de nuevo el tranvía en dirección al hotel.

    Paramos en la calle de las foods trucks (Karavan) ubicadas al lado del Szimpla Kert porque el otro día vi que vendían pad thai (mi comida favorita de Tailandia) y me quedé con las ganas. Un pad thai con gambas cuesta 2.850 HUF («only cash») y está muy bueno y abundante.

    Tras un breve descanso en el apartamento, a las 19.40 horas nos ponemos en marcha de nuevo pues hemos descubierto que a dos calles de “nuestro hogar” hay otros dos «ruin bar» y nos apetece mucho conocerlos. Resulta que el Mazel Tov es más bien un restaurante con bastante cola para entrar. Nos permiten saltarnos la cola si solo vamos a echar un ojo pero no vemos ninguna decoración llamativa. El otro lugar, el Instant Club, que leí que era del estilo del Szimpla Kert, tiene una fiesta privada y no nos dejan entrar, así que visto lo visto nos dirigimos a lo seguro, al Szimpla Kert. Está mucho más lleno que el otro día. Cuesta un montón encontrar una mesa libre. Pedimos una cerveza (que es enorme) y un agua por solo 1.400 HUF. Me parece un precio muy barato para un sitio tan de moda. Se puede pagar con tarjeta.

    A las 21 horas estamos de vuelta en el apartamento, que el cansancio empieza a pesar cada vez más y más teniendo en cuenta que mañana hace justo una semana que llegamos de Japón.

    GASTOS DEL DÍA:

    – Trofea Grill Zuglo: 9.800
    – Pad Thai: 2.850
    – Consumiciones: 1.400

    TOTAL: 14.050 HUF ( ≈ 43€)

    Todos los puntos visitados a lo largo de este viaje están recogidos en este mapa de «Budapest»ver mapa.

    Para PASARLO A LA APP MAPS.ME (que es la que me guía en todos mis viajes y rutas por mostrar mucho mejor los senderos que Google Maps) solo tenéis que seguir estas instrucciones.


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