Single Blog

  • Home
  • 5. BÉLGICA – AMBERES
  • Volver
  • 5. BÉLGICA – AMBERES

    Jueves 23 de marzo de 2023

    BRUSELAS – BRUXELLES (1)

    Tras desayunar en el apartamento, nos ponemos en marcha temprano, porque hoy tenemos mucho que ver. El clima nuevamente no acompaña… Llueve y hace frío. No tengo claro si los belgas ven el sol alguna vez, la verdad.

    Recorremos andando los quinientos metros que nos separan de la estación central de Bruselas. Sé que me repito, pero creo que nuestro alojamiento no podría estar mejor ubicado.

    Hoy vamos a pasar el día en Amberes (en neerlandés: Antwerpen / en francés: Anvers). «Está ubicada a cuarenta kilómetros al norte de Bruselas y a unos quince kilómetros al sur de la frontera con los Países Bajos. El puerto de Amberes es el segundo más grande de Europa y uno de los mayores del mundo. La ciudad es conocida por su industria del diamante, de hecho a Amberes se la conoce como la «capital mundial de los diamantes». Dicen que alrededor del 84% de todos los diamantes en bruto y el 50% de todos los diamantes pulidos del mundo pasan por aquí«.

    Sacamos el billete de tren, como siempre, en las máquinas del interior de la estación. El billete de ida y vuelta nos cuesta 16,80€ por persona. Menuda pasta que nos estamos dejando en transportes…

    Tomamos el tren de las 10.24 horas y llegamos a Amberes Central o Antwerpen Centraal, cuarenta y un minutos después.

    AMBERES

    Salimos de Bruselas con un horrible día de lluvia y en Amberes nos recibe… ¡¡¡El cielo azul y el sol!!! ¡¡Qué alegría!! 

    Nuestra primera parada sin salir de la estación de tren es la propia estación central de Amberes. «Considerada como el mejor ejemplo de arquitectura ferroviaria en Bélgica, en febrero del 2009 la revista estadounidense Newsweek la consideró la cuarta estación ferroviaria más bella del mundo. Impresiona por su vestíbulo con una cúpula acristalada, las escaleras de mármol, los magníficos ventanales y una gran fachada de estilo barroco«.

    Tanto la parte que nos encontramos al bajar del tren como el vestíbulo ubicado al otro lado son muy impactantes y bonitos. No dejéis de dar una vuelta por la estación para apreciar sus detalles.

    Como siempre, os dejo mi track de Wikiloc para que podáis seguir nuestro itinerario con facilidad.

    Powered by Wikiloc

    Nada más salir al exterior topamos de frente con el barrio de los diamantes. Son las 10.30 horas y gran parte de las persianas de los escaparates aún están cerradas.

    El comercio de los diamantes está dominado desde sus inicios por la comunidad judía de la ciudad, muy presente en el barrio, en el que hasta tienen una sinagoga.

    Sinagoga

    Atravesamos el barrio de los diamantes rumbo al Stadspark, parque del que leí: «un bosque en la ciudad. Tiene cascadas, un lago, puentes colgantes, cuevas…«, por lo que estaba deseando conocerlo desde que descubrí esa información. Mi realidad es muy diferente y me topo con un parque normal, del montón, sin cuevas ni cascadas y con un único puente colgante, bonito, sí, pero que hace que para mí NO merezca la pena desviarse hasta aquí.

    Pronto seguimos camino hacia nuestro próximo objetivo. En el trayecto nos encontramos con el edificio del Banco Nacional que, cómo no, es espectacular, como todos los edificios en Bélgica.

    Llegamos al Caffenation donde me han recomendado pedir un chocolate porque supuestamente ponen «tabletas belgas enteras en su interior«. Mi realidad es que pedimos una taza de chocolate con leche (contiene un 33% de cacao) y otra de chocolate negro (contiene un 70% de cacao), cada uno por 4€, y en una taza con un montón de leche nos ponen unos cuantos trozos de chocolate que luego disolvemos. Creo que el concepto de chocolate que tienen en Bélgica no es como el que tengo yo de un buen chocolate espeso a la taza… Me gusta más el del chocolate con leche, el otro está demasiado amargo.

    Nos ponemos en marcha de nuevo para ir hasta la calle Meir, de la que traigo anotada: «es la calle de tiendas más importante de Amberes y la que tiene los alquileres más altos de Bélgica. Aquí veréis preciosas casas de los siglos XVIII y XIX, artistas callejeros, restaurantes… Merece mucho la pena pasearla por los tesoros que te encontrarás«.

    El principio de la calle, donde se junta con la calle Leysstraat, ya es de lo más monumental.

    En la propia calle Meir encontramos el centro comercial Stadsfeestzaal. «Se trata de un edificio neoclásico de 1908. En 1983 fue nombrado Monumento Histórico Protegido. En diciembre del año 2000 un gran incendio destruyó casi la totalidad del edificio. Al estar protegido, no se podía derribar, por lo que tuvieron que reconstruirlo abriendo sus puertas al público en el 2007 como un centro comercial. La impresionante bóveda de cristal y pan de oro, la gran escalera de mármol, las decoraciones doradas de las paredes, las esculturas, los mosaicos y los suelos de parqué de roble son fieles al estilo original del antiguo edificio. Incluso el mármol que hay en el hall principal proviene de la misma cantera que el original«.

    La fachada está totalmente tapada por andamios pues la están reformando, pero en su interior, la zona del vestíbulo nos deja totalmente boquiabiertas, es una auténtica pasada con todos esos detalles dorados y las escaleras de mármol. Realmente merece la pena una visita.

    Por los edificios tan magníficos que tiene, cuanto más recorremos la calle Meir, más me gusta. ¡Menudas fachadas!

    Entramos a explorar un patio que nos ha llamado la atención, a ver con qué nos encontramos, y resulta que damos con The Chocolate Line, una de las tres únicas tiendas de chocolate que aparecen en la Guía Michelín, igual a la que visitamos el martes en Brujas

    ¡¡Visita obligada!! Madre mía, tanto la decoración rococó como la decoración chocolatera ¡¡¡son una auténtica pasada!!! Hasta los mostradores simulan ser tabletas de chocolate… ¡¡Me ha encantado muchísimo!!

    Aunque algunos productos tienen precios desmesurados, como un kilo de chocolate – 80€, acabo pecando y comprando varias cositas que tienen un precio asumible. Lo que veis en la foto inferior me costó un total de 18,20€.

    Nos acercamos a visitar la iglesia de San Carlos Borromeo, que fue construida por los jesuitas entre 1615 y 1621, por lo que es la construcción más antigua del periodo barroco en Amberes.

    Leí que está considerada «la iglesia más bonita de Amberes», pero teniendo en cuenta que está ubicada en una plaza llena de vehículos y grúas aparcadas, tengo que decir que la estampa no despierta mi atención.

    Continuamos hasta el Elfde Gebod, un bar que me recomendó mi amiga Nadia de @stormtrotters por lo curioso de su decoración interior. En su página web se describen como: «un pub culinario único, con un espectacular interior, este es el Elfde Gebod (el Undécimo Mandamiento). Rodeado de estatuas de ángeles y santos, púlpitos y una serie de sacrílegas y visuales bromas celestiales, puedes disfrutar de nuestra deliciosa cocina belga y de una enorme variedad de cervezas famosas, como las de la cervecera local De Koninck, Palm o Affligem, o las cervezas trapenses Westmalle, St. Bernardus, Rochefort… Encontrarás la cafetería-restaurante Elfde Gebod, con todos sus ornamentos y baratijas a la sombra de los ciento veintitrés metros de la Onze-Lieve-Vrouwekathedraal (catedral de Nuestra Señora). Una parada obligada cuando visites Amberes: un lugar que permanecerá grabado en tu memoria para siempre«.

    Antes de entrar ya me quedo encantada por la combinación de su fachada con la torre de la catedral de Nuestra Señora de fondo.

    Al entrar al bar quedamos alucinadas. La decoración con esa cantidad de santos ¡es una absoluta pasada! ¡¡Me chifla!! ¡¡No os lo podéis perder!! Nos dejan sacar fotos sin problemas y, tanto nos gusta el sitio, que decidimos quedarnos a comer aquí.

    Pedimos para compartir una ración de:

    • Alitas de pollo (chicken wings).
    • Croquetas de carne (bitterballen trappist). 
    • Costillas de cerdo (Adam’s ribs).

    La comida estaba deliciosa y muy bien de cantidad para las tres. De hecho las tres coincidimos en que ha sido nuestra mejor comida de todo el viaje hasta ahora. No puedo más que recomendar muchísimo el restaurante tanto por la decoración como por su cocina. Pagamos por la comida, dos Coca-Colas y una cerveza: 49€.

    A las 14 horas nos ponemos en marcha de nuevo. Al lado de nuestra ubicación se encuentra la catedral de Nuestra Señora con su espectacular reloj dorado en la torre. «Construida durante dos siglos, de 1352 a 1521, es considerada una de las cimas del arte gótico brabantino. Es una de las iglesias góticas más importantes de Europa y la catedral más grande de Bélgica.​ Su gran torre campanario forma parte de un grupo de cincuenta y seis torres y campanarios de Bélgica y Francia declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999«.

    Se puede acceder al interior pagando 12€, pero esta visita nos la saltamos

    En la foto de arriba a la derecha podéis ver con claridad la estatua de Nello y Patrasche, que tiene mucha historia detrás: «a dog of Flanders» (un perro de Flandes) es una novela escrita en 1872 por la autora inglesa Marie Louise de la Rameé. Cuenta la historia de Nello y su perro Patrasche, ambientada en Amberes en el siglo XIX. En Japón y Corea la obra ha sido considerada un clásico infantil durante décadas, llegando a adaptarla al anime y al cine en diversas películas. Por ello, en 1980, el gobierno belga construyó dos monumentos en honor a la obra para satisfacer a los turistas asiáticos. En el suburbio de Hoboken, en Amberes, se encuentra una pequeña estatua de Nello y Patrasche y una placa conmemorativa enfrente de la catedral de Amberes, que fue reemplazada más tarde por una preciosa estatua de mármol de los dos personajes cubierta de una manta de adoquines«.

    Toda la zona me parece una auténtica pasada. Las fachadas de los edificios que rodean la catedral me resultan superbonitas. Incluso las de las calles aledañas. ¡Qué zona tan preciosa! Os recomiendo que os dejéis llevar explorando las distintas callejuelas y rincones.

    Accedemos a la plaza Groenplaats o plaza Verde de la que traía anotado: «es el corazón de Amberes, la plaza principal, a pesar de no ser la plaza mayor. Un agradable espacio abierto con árboles y setos de flores. Es una de las plazas con más encanto de Amberes«. Quitando las preciosas vistas de la parte de atrás de la catedral, el resto no llama mucho mi atención.

    Nuestra siguiente visita es algo que estaba deseando explorar desde que lo descubrí por casualidad en Google. Se trata del callejón Vlaeykensgang, que tiene tres entradas un tanto difíciles de ubicar si no sabes dónde están. Tardé bastante en aclararme con dónde estaba cada una, porque no encontré mucha información al respecto, pero ya lo tenéis todo señalizado en mi mapa.

    La tercera entrada que tenía marcada, la de la calle Hoogstraat, a día de hoy está cerrada y no se puede acceder a esa parte del callejón.

    Acceso cerrado

    «El Vlaeykensgang es un callejón medieval que se remonta al año 1591 y que ha quedado anclado en el tiempo. Su arquitectura te transporta siglos atrás, todo está como antes: patios de ladrillo, bancos de madera, lámparas antiguas y puertas auténticas. Dicen que los pomos de las puertas estaban elaborados especialmente para los borrachos, puesto que era muy habitual que los hombres volvieran por la noche bebidos a casa. Para facilitarles la entrada a su propio hogar, los pomos incluían un hueco donde la llave podía deslizarse hacia la cerradura sin esfuerzo y sin necesidad de puntería. Aquí vivían los más pobres de la ciudad, junto con los zapateros medievales de Amberes. Ellos eran los encargados de hacer sonar las campanas de la catedral, por ello se situaban cerca de ella. Además, el oficio de zapatero no alcanzaba a producir suficiente dinero para tener un gremio en las casas flamencas de la Grote Markt. En la década de 1960 hubo planes para demoler esta pequeña calle medieval, hasta que el anticuario Axel Vervoordt compró el callejón y lo hizo restaurar. Gracias a él, este lugar sigue siendo un oasis de tranquilidad. Hoy en día el Vlaeykensgang alberga tiendecitas de antigüedades, galerías de arte y algunos restaurantes muy especiales: el restaurante clásico Sir Anthony van Dyck, con su hermoso interior renacentista y chimenea, que encaja perfectamente en este callejón; y el restaurante ‘t Hofke, donde se respira un ambiente acogedor que recuerda a tiempos pasados. El callejón es también un lugar popular para ir a escuchar los conciertos de carillón en verano«.

    Cuando accedemos al interior me enamoro por completo. Este pequeño rincón secreto es maravilloso y lo tenemos entero para nosotras. Adoro cuando hago estos descubrimientos mientras investigo organizando los viajes. Creo que las fotos no representan para nada lo mágico del lugar… Me parece una visita de lo más curiosa y recomendable.

    De aquí ponemos rumbo a la Grote Markt o Gran Plaza del Mercado. «Es una plaza de forma irregular, rodeada por múltiples fachadas renacentistas de los siglos XVI y XVII (muchas de ellas reconstruidas en el siglo XIX) pertenecientes a las casas gremiales, cuando estas organizaciones guiaban el funcionamiento de los oficios y tenían un gran poder en la ciudad«.

    • «El stadhuis o ayuntamiento constituye el límite occidental de la Grote Markt. Fue diseñado en 1564. Su imponente fachada tiene más de noventa metros de largo y su diseño combina una mezcla del estilo flamenco y el renacimiento italiano«.
    • «En el centro de la empedrada plaza se halla la fuente de Brabo, una fuente de bronce construida en 1887. Ilustra el momento de los supuestos orígenes de Amberes, con Silvius Brabo a punto de acabar con el gigante Druon Antigonus. Cuenta la leyenda que Bravo, un soldado romano, cortó la mano del gigante y la arrojó contra el río Escalda, deteniendo el avance de muchos barcos de guerra que querían conquistar la ciudad. Precisamente, Antwerpen, que en castellano significa Amberes, proviene de la palabra Handwerpen, que significa tirar la mano. De aquí viene entonces el extraño nombre de esta ciudad«.

    La plaza es bellísima, un auténtico espectáculo. ¡¡Imprescindible su visita!! Entre las antiguas fachadas de las casas gremiales; el alucinante ayuntamiento, impresionante como todos los que hemos visto en Bélgica; la fuente de Brabo (en obras); y la omnipresente torre de la catedral, me ha gustado muchísimo. Cuando el sol puntualmente ilumina la plaza dando luz a todas las estatuas doradas que culminan cada una de las fachadas, la estampa es sencillamente magnífica.

    Ayuntamiento

    Es una lástima que la fuente esté en obras dificultando un poco el sacar mejores fotografías.

    Conseguimos despegarnos de este lugar de ensueño y, rumbo hacia nuestro próximo objetivo, encontramos un precioso y tranquilo patio llamado Bullinckplaats. Me recuerda en parte a los beguinarios que hemos visitado, por lo bonitas de sus fachadas y por la paz que se respira en su interior. Me ha hecho mucha ilusión encontrar este espacio tan pacífico, en el que no había ni una sola persona, en contraste con la cantidad de gente que había en la Grote Markt, ubicada a solo doscientos metros de aquí. Si os fijáis en Google Maps, varias de las «urbanizaciones» de la zona tienen escondidos patios y jardines, pendientes de ser descubiertos.

    Llegamos al río Escalda a través de la calle Kuipersstraat. En general el vecindario me ha parecido muy bonito para recorrer, y de lo más tranquilo. 

    Nuestra primera visión del castillo Steen («la roca» en neerlandés) me encanta, ¡¡qué bonito!! No había visto ninguna foto y me ha gustado mucho. 

    «Es la construcción más antigua de la ciudad. Fue la primera fortaleza en piedra de Amberes y se construyó después de las incursiones vikingas en los comienzos de la Edad Media. La fortificación hizo posible controlar el acceso al Escalda, el río en cuya orilla se levanta. Frente a la entrada del castillo se encuentra la estatua de Lange Wapper, un gigante que, según la leyenda, por las noche vagaba por las calles de Amberes, asustando a los habitantes de la ciudad«.

    Una de las cosas que más me ha gustado es el contraste de los edificios que se encuentran enfrente del castillo, unos tan antiguos y otros tan modernos, con el castillo como guinda del pastel.

    Las vistas del río Escalda y de su otra orilla me resultan un poco decepcionantes, quizás porque la ausencia del sol desluce cualquier estampa…

    Más o menos con esta última visita damos por finalizado nuestro recorrido por Amberes. Nos hubiese gustado ver el Barrio Rojo, pero no creo que un jueves a las 15.30 horas tenga mucho ambiente, por lo que nos ponemos en marcha rumbo a la estación central. 

    Por el camino encontramos otro coqueto patio, Sint Nicolaasplaats, que desprende paz y una magia especial. Me encantan este tipo de descubrimientos.

    Al final el clima nos ha acompañado muchísimo y, salvo algún chaparrón puntual, hemos tenido un día estupendo.

    Me marcho de Amberes con una sensación muy buena. Hemos descubierto rinconcitos maravillosos y me ha gustado mucho pasar aquí la primera mitad del día. No creo que sea necesario quedarse a dormir una noche, pero para mí sí es imprescindible venir a conocer esta bonita ciudad que tantas sorpresas me ha deparado.

    Aún nos han quedado cosas pendientes por ver y por hacer, pero tendrán que quedar para otra escapada. Os dejo por aquí el listado de «pendientes»:

    • Explorar su beguinario: desconocía su existencia hasta que me puse a escribir este post. ¡¡¡Qué rabia!!!
    • Cruzar el río Escalda a través del Sint-Annatunnel y acercarnos hasta el molino van Sint-Anneke y la playa Sint Annastrand.
    • Al anochecer, recorrer el Schipperskwartier o Barrio Rojo de Amberes.
    • Hacer un free tour por la ciudad.

    Llegamos a la preciosa estación central a las 16.15 horas, después de 12,5 kilómetros y seis horas de recorrido.

    Powered by Wikiloc

    El baño de la estación central, cómo no, es de pago: 0,50€. Encima yo he perdido el ticket del tren y basta que no nos haya parado nunca ningún revisor para que justo ahora nos lo vaya a pedir en el tren de vuelta a Bruselas. Teniendo en cuenta que mis acompañantes llevan sus billetes y que tenemos el cargo registrado en la cuenta online del banco, voy a arriesgarme y no voy a sacar un boleto nuevo.

    El primer tren que va a la estación central de Bruselas incluye un transbordo y además tendríamos que correr un poco para cogerlo. Como estamos bastante cansadas, decidimos esperar al tren que sale a las 16.54 horas, que va directo. Llegamos a la estación central de Bruselas cuarenta y cuatro minutos después.

    Como nos ha ocurrido hasta ahora en todos nuestros traslados tanto en tren como en tranvía, ningún revisor por suerte, nos ha solicitado nuestros tickets. Me libré de tener que ponerme a darle explicaciones.

    BRUSELAS – BRUXELLES (2)

    Hay tanto ambiente al salir de la estación de tren que, aunque hasta hace un minuto estábamos agotadas, se nos pasa un poquito el cansancio y decidimos hacer alguna visita antes de ir al apartamento a descansar de forma merecida.

    Descubrimos que las galerías reales Saint Hubert lucen mucho más bonitas al anochecer que durante el día.

    En el interior de las galerías os recomiendo que echéis un vistazo a las tiendas de Les Ecuadors, porque tienen figuritas chulísimas (y carísimas). Hay una en la galería del Rey y otra en la de la Reina.

    Hoy han vestido al Manneken Pis de sanitario… Me reitero diciendo que me gusta mucho más la esquina con las bicicletas y el árbol florido.

    Por fin llegamos al apartamento a las 18.30 horas, después de nueve horas y media fuera.

    A las 20 horas nos ponemos en marcha de nuevo, pero solo para buscar un sitio donde cenar, que el cansancio empieza a hacer mella y aún nos queda la mañana de mañana para acabar de ver lo que tenía en mi lista de Bruselas.

    Elegimos para cenar un asiático, Yi Chan, más por equivocación que por otra cosa… Entramos porque nos atrajo el menú gigante con fotos que había en la calle, pero al final resultó que era del restaurante de al lado. Nos daba un poco de vergüenza levantarnos e irnos al otro restaurante, por lo que hemos pedido sin tener muy claro qué estábamos comiendo en realidad… No hemos disfrutado nada con la cena, pero nos hemos echado unas buenas risas.

    Pedimos para compartir una ración de:

    • Rollitos.
    • Rice noodle soup.

    Es increíble que con la gran oferta gastronómica que hay en Bruselas, hayamos sido incapaces de encontrar un sitio decente para cenar ni ayer ni hoy. Con este desastre de cena nos vamos a dormir, que mañana nos espera un día intenso de vuelta a casa.

    GASTOS DEL DÍA

    • Ticket tren Bruselas central – Amberes (ida y vuelta) x 3: 50,40€.
    • Chocolates a la taza; 12€.
    • Chocolate Line: 54,60€.
    • Comida Het Elfde Gebod: 49€. 
    • Cena Yi Chan: 40,50€. 

    TOTAL: 206,50€

    POSDATAS

    Posdata 1: todos los puntos visitados a lo largo de este viaje están recogidos en este mapa. Para poder utilizarlos basta con pinchar en el enlace azul de «mapa», NO en el propio mapa.

    Posdata 2: todas las fotos están hechas con mi móvil Samsung Galaxy S22 ultra sin ningún tipo de filtro o retoque, todas en modo normal o en modo gran angular.

    Posdata 3: me encantaría que dejases un COMENTARIO con tu opinión sobre lo que has leído. ¡Venga, anímate! Siempre se agradece un buen feedback…

    SIGUE TODAS MIS RUTAS Y ESCAPADAS EN INSTAGRAM

    Dejar un comentario

    Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.