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    Miércoles 22 de marzo de 2023

    GANTE – GENT (2)

    He dormido genial a pesar de ser una de las «afortunadas» a las que le ha tocado el sofá cama, jajaja. Os recomiendo que traigáis un antifaz porque, como suele ser habitual en Europa, no hay persianas y las cortinas son bastante finas.

    Desayunamos en el alojamiento aprovechando que ayer compramos provisiones en el Carrefour Exprés de Brujas.

    Salimos del apartamento a las 10 horas y, siguiendo las indicaciones de nuestro anfitrión, dejamos las maletas en el cuarto de contadores del edificio. No nos convence mucho porque no hay llave en la puerta y puede entrar cualquiera, pero nos ha dicho que es seguro y no nos queda otra que fiarnos de él puesto que solo hemos encontrado que haya taquillas en la estación de tren de Sint Pieters, ubicada a diez paradas de tranvía de aquí…

    Hemos quedado encantadas con el 3C-Apartments, tanto por la casa en sí como por su perfecta ubicación, y no puedo más que recomendároslo, porque nosotras repetiríamos seguro.

    Hoy iniciamos el recorrido visitando uno de los tres beguinajes o beguinarios o beaterios (begijnhof en neerlandés) que hay en Gante. Desde que descubrí la existencia de estos lugares en Ámsterdam, me encanta buscarlos en cada ciudad europea a la que voy. El de ayer de Brujas me sorprendió muchísimo, porque era precioso, por lo que estoy deseando conocer el que tenemos más cerquita del hotel.

    Dos de los tres beguinarios de Gante han sido declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, entre ellos, el que vamos a visitar hoy. Los otros dos tendrán que quedar pendientes para una futura visita a la ciudad, ya que están algo alejados del centro. Recordar que todos los puntos que menciono en mis post los tenéis siempre señalizados en mi mapa.

    Os dejo mi track de Wikiloc para que podáis seguir nuestro itinerario con facilidad.

    Powered by Wikiloc

    Esta mañana viene acompañada de una lluvia fina junto con un viento frío e intenso que nos dificulta abrir los paraguas. Menudo rollo… Mi chaqueta calefactable de AliExpress (cuyo link ya no está disponible pero tenéis multitud de modelos similares) está siendo imprescindible durante todo el viaje. Desde que la descubrí no me la quito en todo el invierno.

    Llegamos al beaterio de Nuestra Señora Ter Hoyen o Klein Begijnhof diez minutos después de salir del apartamento y lo tenemos entero para nosotras, ¡menudo lujo! El horario de visita es de 6.30 a 22 horas.

    «Es el beguinario mejor conservado de antes de la Revolución Francesa. Data del año 1235 y fue fundado por la Condesa de Flandes. Tras la gran fachada podemos encontrar una iglesia, un centenar de viviendas y un prado (el antiguo cementerio). Actualmente las casas son viviendas normales y la antigua enfermería se usa para exposiciones y talleres artísticos«.

    Aunque no es tan bonito como el de ayer por la ausencia de narcisos, el lugar es enorme, las fachadas están espectacularmente conservadas y son muy bonitas. Me gusta mucho la visita y no puedo más que recomendarla. Para mí, los beguinarios son lugares mágicos que emanan paz.  

    A excepción del beaterio, que ayer no visitamos por ser ya de noche, el itinerario que hacemos hoy por la mañana es muy similar al de la tarde noche de ayer. La zona «visitable» de Gante es muy pequeñita y se recorre con facilidad. 

    Gran parte de la magia que sentimos ayer hoy no la tenemos por culpa de la climatología, pero es lo que hay así que tenemos que tratar de disfrutar lo máximo posible. 

    Visitamos nuevamente el castillo de Geeraard de Duivelsteen, la catedral de San Buvón, la iglesia de San Miguel, etc, luchando porque no se nos rompa el paraguas en cada esquina a causa del viento y porque no se me llene la cámara del móvil de gotas de agua.

    Castillo de Geeraard de Duivelsteen
    Catedral de San Buvón
    Plaza Sint-Baafsplein con la iglesia de San Miguel
    Ayuntamiento o stadhuis
    Centro comercial De Post
    Iglesia de San Nicolás

    Gracias al cielo, para de llover justo cuando llegamos al puente de San Miguel o St. Michielsbrug. Al mirar a nuestras espaldas y observar todos esos torreones que parecen sacados de un cuento, esos edificios monumentales y la torre del reloj del centro comercial De Post, me siento simplemente feliz. Esta ciudad es bellísima. Mires donde mires la estampa que te encuentras siempre es magnífica.

    Calle Korenlei y calle Graslei vistas desde el puente de San Miguel o St. Michielsbrug

    Rodeamos por completo la Sint-Michielskerk, ubicada junto al puente de San Miguel, buscando descubrir rincones que quizás ayer nos saltamos. Las vistas desde el puente Predikherenbrug me gustan mucho.

    Cuando llegamos a la calle Korenlei con vistas a la calle Graslei no puedo dejar de alucinar, no me puede gustar más. Ayer de noche era espectacular por todos los reflejos que podíamos ver en el agua, pero de día es igualmente hermoso, aunque con una belleza diferente. 

    Puente de San Miguel o St. Michielsbrug

    Me encanta contemplar el castillo de los Condes de Flandes desde todas las perspectivas, es magnífico. No dejéis de rodearlo por completo porque encontraréis estampas muy bellas desde los distintos rincones.

    Desde el puente Hoofdbrug

    Tanto nos eclipsó ayer la visión del castillo que en el puente Hoofdbrug no nos dio por mirar a nuestras espaldas, donde las vistas hacia los muelles también son muy bonitas. ¡Me encanta esta ciudad!

    Desde castle photo place
    Desde la esquina norte

    Nos acercamos de nuevo hasta uno de los puntos que más me ha gustado de la ciudad y del que no había leído nada antes del viaje, Kinderrechtenplein. Las hermosas fachadas combinadas con el canal protegido por los sauces y las vistas del castillo de fondo hacen que el lugar me parezca completamente idílico.

    Vistas de Kinderrechtenplein desde lo alto del castillo
    Vistas desde el Academiebrug

    Para mí es imprescindible llegar hasta el Academiebrug, ¡menudo descubrimiento que ha sido este puente! Las panorámicas desde aquí me parecen una absoluta maravilla: con el castillo al fondo, sus banderas ondeando y todos los sauces con las ramas mecidas por el viento, ¡es un auténtico espectáculo! ¡Me ha gustado muchísimo!

    Nunca me ha llamado la atención visitar los castillos por dentro y siempre me suele decepcionar su interior, pero el castillo de los Condes de Flandes tiene una pinta tan buenísima por fuera, que no podemos dejar de entrar para explorar sus recovecos. A título informativo:

    • La entrada cuesta 12€ por persona.
    • Abre de 10 a 18 horas, siendo la última admisión a las 16.40 horas.
    • Hay baños gratuitos junto a la recepción.

    El ticket incluye una audioguía en español que para mi gusto es terriblemente aburrida, menudo rollo que cuenta el locutor. Os prometo que lo intenté pero fui incapaz de escuchar por mucho rato las chorradas que iba diciendo el tipo.

    Eso sí, poder recorrer el interior del castillo me pareció una pasada. Está muy bien conservado, mejor que ninguno de los que he visto hasta ahora (que no son muchos). Entre los torreones, los habitáculos, los árboles floridos y las vistas de Gante desde lo alto, para mí esta pasa a ser una visita imprescindible en la ciudad. Dedicamos algo más de una hora a explorar todos sus rincones.

    Cuando salimos, son las 13.30 horas y estamos agotadas y hambrientas, por lo que buscamos un sitio donde comer. Acabamos en Faites Divers en plena calle Korenmark, que pese a su mala puntuación en Google Maps, ha despertado nuestra atención.

    Pedimos cada una un plato principal: 

    • Espaguetis carbonara.
    • Pizza de pollo.
    • Espaguetis boloñesa.

    Las raciones salen con rapidez, son abundantes y están ricas. Recomiendo este restaurante. Pagamos por la comida, dos Coca-Colas y una cerveza: 54,30€.

    Teníamos pensado subir a la torre Belfort tal y como hicimos ayer en Brujas, pero después de contemplar las vistas desde lo alto del castillo creemos que serán bastante similares desde el campanario, por lo que nos saltamos esta actividad. 

    Torre Belfort

    A las 14.30 horas ponemos rumbo al apartamento, a donde llegamos tras 8,2 kilómetros de recorrido. Por suerte nuestro anfitrión tenía razón y las tres maletas siguen en el cuarto de contadores, jajaja.

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    Me voy con la sensación de que Gante es una de las ciudades más bellas que he visto en mi vida, llena de torreones, edificios monumentales, preciosos puentes con unas vistas de infarto, fachadas maravillosas… Para mí es absolutamente imprescindible verla tanto de día como de noche porque todo cambia muchísimo, pero todo es bellísimo.

    Aún nos han quedado cosas pendientes por ver y por hacer, pero tendrán que quedar para otra escapada. Os dejo por aquí el listado de «pendientes»:

    • Acercarnos hasta la calle Veldstraat, la principal calle comercial de la ciudad, con edificios del siglo XIX, que se me pasó por completo visitar mientras seguía mi mapa con todos los puntos marcados.
    • Subir al campanario Belfort para comparar las vistas que se obtienen desde aquí con las que obtuvimos desde lo alto del castillo de los Condes de Flandes.
    • Ir a tomar algo a Dulle Griet, del que he leído que es el bar más famoso de la ciudad, por tener una carta con más de quinientas variedades de cerveza, y donde tienes que dejar una zapatilla como fianza si te pides la Kwak de 1,2 litros.
    • De la que vamos a Dulle Griet, visitar la plaza Vrijdagmarkt, que está rodeada de casas tradicionales flamencas de diferentes gremios; y Dulle Griet, un popular cañón rojo del siglo XV. 
    • Explorar los otros dos beguinarios de la ciudad.
    • Continuar las visitas por los puentes del canal Lieve hasta llegar a Rabot, la última de las puertas medievales de Gante que quedan aún en pie, construida para defender la muralla de la ciudad en el siglo XV.
    • Dar un paseo en barco por los canales.
    • Hacer un free tour por la ciudad.

    Siguiendo las indicaciones de Google Maps, hacemos el mismo trayecto que ayer pero a la inversa, y tomamos nuevamente el tranvía número 2, de vuelta a la estación de Gent – Sint Pieters.

    Recordar que se puede pagar el billete dentro del propio tranvía, solo con metodología contactless.

    Os dejo el vídeo para que veáis lo sencillo que es sacar un billete normal, puesto que ayer se me olvidó grabarlo al centrarnos en cómo sacar el Rail Pass / Standard Multi, al final para nada porque no nos compensaba económicamente. Cada billete desde Gante a la estación central de Bruselas nos cuesta 10,20€ por persona.

    Tomamos el tren de las 15.24 horas que en solo treinta y seis minutos nos deja en la capital de Bélgica. Nos ha tocado un tren de dos pisos, ¡nunca había estado en uno!

    BRUSELAS – BRUXELLES (1)

    Al salir de la estación central nos acercamos hasta el supermercado Carrefour Exprés ubicado justo enfrente, para comprar el desayuno de los dos próximos días. 

    El anfitrión del apartamento que tenemos reservado, el Centerstay Brussels, me ha mandado instrucciones precisas de cómo acceder a nuestro alojamiento, porque la cosa tiene su miga. Se llega a través de un estrecho callejón, el callejón San Nicolás, que estoy casi segura de que todo el mundo pasa por delante sin verlo a no ser que sepa que está ahí. Por cierto, que en el callejón hay un par de cervecerías que parecen muy antiguas. Merece la pena entrar a echar un ojo. Hay un segundo callejón a pocos metros del primero que también me ha parecido curioso para visitar.

    El callejón nos conduce hasta un centro comercial donde, tras rodear el cine, encontramos una puerta con un código. Subimos al sexto piso y tenemos que meter otros dos códigos en dos puertas antes de llegar a nuestro alojamiento. Tenemos para las próximas dos noches un apartamento de cuarenta metros cuadrados con dos camas individuales y una cama doble extragrande, que tiene unas vistas de ensueño. Quedamos alucinadas, ¡¡guaooo, qué ilusión!!! Nos ha costado 308,48€ en total.

    El Centerstay Brussels es perfecto para nuestra estancia aquí. Además su ubicación es excelente por varios motivos:

    • Está al lado de la Grand Place de Bruselas, el lugar más mágico de la ciudad.
    • Hay muchísimo ambiente por todas las calles aledañas, además de una gran oferta gastronómica.
    • Las vistas desde la habitación son una pasada, con el ayuntamiento y su altísima torre como escenario principal.

    Tras un merecido descanso, a las 18.15 horas nos ponemos en marcha de nuevo. Como siempre, os dejo mi track de Wikiloc para que podáis seguir nuestro itinerario con facilidad.

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    Nuestra primera parada es el edificio de La Bolsa, que tenemos a pocos metros de nuestro callejón. Por desgracia lo están reformando y las vallas nos impiden disfrutar de su grandiosidad. «Su fundación se remonta al año 1801 por un decreto napoleónico. La Bolsa de Bruselas dejó de llamarse de esta manera el 22 de septiembre del año 2000 al fusionarse con las bolsas de Ámsterdam y París, creando Euronext. El ecléctico edificio, custodiado por dos fieros leones de piedra, une grandeza y fantasía, combinando elementos de estilo neorrenacentista y del Segundo Imperio, con una explosión de adornos y esculturas de artistas famosos«.

    Cuando pisamos por primera vez la Grand Place, de la que jamás había visto una foto, me quedo simplemente boquiabierta, es sencillamente espectacular, alucinante, nunca había visto una plaza igual. Menuda magnificencia que hay en cada esquina. No os la podéis perder. Podría dedicar horas a contemplar cada detalle mientras escucho la historia de cada edificio. Me ha dejado de lo más impactada.

    «La Grand Place o Grote Mark es la plaza central de Bruselas. Mundialmente conocida por su riqueza ornamental, está rodeada por las casas de los gremios, el ayuntamiento y la casa del Rey. Es considerada una de las plazas más bellas del mundo y fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1998. El ayuntamiento, construido entre 1402 y 1455, hoy en día es el único testigo de arquitectura medieval de la plaza. Su torre, de estilo gótico, con noventa y seis metros de altura, finaliza con una estatua del arcángel san Miguel, patrón de Bruselas, venciendo al Diablo«.

    Más por obligación que porque me llame la atención, nos acercamos a ver el Manneken Pis, uno de los símbolos de Bruselas y una de sus atracciones turísticas principales. «El Manneken Pis (que significa «hombrecito que orina») es una estatua de bronce de 65,5 centímetros que representa a un niño pequeño desnudo orinando dentro del cuenco de una fuente. La estatua actual es una reproducción de la original, que unos vándalos robaron allá por los años 1960, siendo objeto de noticias de prensa que contribuyeron a dar a la estatua y al monumento cierta fama internacional. Fue diseñada por Jérôme Duquesnoy, el Viejo, y colocada en su sitial en torno a 1618​. Había ya una estatua parecida de piedra a mediados del siglo XV, que fue robada en varias ocasiones. El Manneken Pis se ganó el favor de reyes y príncipes, por lo que se le dotó de una rica provisión de vestidos (tiene un extenso guardarropa compuesto por más de mil trajes), cuya custodia se encomendó a un chambelán que también es el responsable de vestir al Manneken en días festivos especiales. Desde mediados de la década de 1970, el Manneken tiene como vestidor oficial a un auténtico bruselense, Jacques Stroobants, cuya esposa ha confeccionado unos doscientos trajes para la estatuilla«.

    La verdad es que me parece un poco bobada que esta sea una de las visitas recomendadas como imprescindibles, y más con el pequeño tamaño que tiene el «muchacho». Hordas de turistas se acercan sin parar a sacar la típica foto.

    Me resulta de lo más llamativo que en cada tienda y en cada esquina veamos figuras del Manneken Pis, tanto de chocolate, imanes, sacacorchos, en camisetas… Si es que hasta tiene un museo donde exponen sus distintas vestimentas…

    Justo al lado de la pequeña figura hay un precioso árbol de maravillosas flores blancas junto a una fachada llena de bicicletas de colores que me parece mucho más atractiva.

    Nuestro siguiente destino son las galerías reales de Saint Hubert. «Diseñadas en 1847, fueron las primeras galerías comerciales de Europa y, hoy en día, continúan siendo las más elegantes. Están divididas en tres zonas: la galería de la Reina, la del Rey y la de los Príncipes. Tienen alrededor de doscientos metros de largo y están cubiertas por una enorme cúpula de cristal que deja pasar la luz pero no la lluvia. En el interior pueden verse decenas de escaparates decorados con todo lujo de detalles: numerosas joyerías, grandes chocolateros, tiendas exclusivas de moda, restaurantes de calidad e incluso un pequeño teatro y un cine«.

    A excepción de las galerías del Príncipe, que son bastante poco llamativas y además están en obras, las galerías del Rey y las de la Reina son de lo más deslumbrantes. Recomiendo mucho su visita porque me han resultado preciosas e impactantes. ¡Qué bonitas! Son solo doscientos metros por lo que se recorren en un periquete. Sus bóvedas acristaladas con la bonita iluminación las hacen para mí una visita imprescindible.

    Los gofres expuestos en los distintos escaparates que vemos por la calle nos llaman a gritos, no pueden parecer más deliciosos. Es alucinante cómo los encontramos por todas partes y claro, al final, acabamos pecando, jajaja. Un delicioso gofre de chocolate blanco y negro nos ha costado 4€, que me parece que es un precio de lo más asumible. 

    Caminamos hasta la catedral de Bruselas o catedral de San Miguel y Santa Gúdula. «Su construcción, en estilo gótico, se inició a principios del siglo XIII sobre una construcción románica del siglo XI y no se vio terminada hasta dos siglos después. Su estado de conservación es muy bueno ya que, entre 1983 y 1989, fue sometida a una importante restauración. La catedral era conocida como la iglesia de San Miguel hasta que, en el año 1047, depositaron en el interior los restos de Santa Gúdula, fallecida en el año 712. Fue entonces cuando la iglesia tomó el nombre de San Miguel y Santa Gúdula. A pesar de su antigüedad, la iglesia no adquirió el título de catedral hasta 1961«.

    El edificio luce espectacular al anochecer, iluminado tal como hemos ido viendo los distintos edificios a lo largo del viaje. Es una lástima que no podamos ver con suficiente luz las florecillas de colores que nos rodean, porque seguro que la estampa sería de diez.

    Nos acercamos a ver también la Janneken Pis. «Es la réplica femenina del Manneken Pis. Esta niña esculpida en bronce, que se encuentra protegida por unas rejas, fue creada en 1987 por encargo del dueño de un restaurante. Es mucho menos conocida y también más moderna que el original«.

    Me reitero diciendo que para mí estás figuritas no merecen la pena por muy famosas que sean, aunque las callejuelas que nos trajeron hasta aquí me han parecido muy bonitas y muy recomendables para recorrer. Las tenéis todas ya marcadas en mi mapa.

    Existe también una versión perruna del Manneken Pis, el Zinneke Pis, una escultura de bronce instalada en 1999 con el fin de atraer turistas. Esta directamente descartamos ir a verla.

    Estamos bastante cansadas por lo que vamos callejeando hasta que encontramos un lugar para cenar: L’ Altro Mondo. Pedimos para compartir:

    • Un menú de mejillones, patatas y cerveza por 12€.
    • Un menú belga compuesto por croquetas de gambas (2 unidades), carbonade flamande y postre por 21€.

    El menú de mejillones, con unos bivalvos diminutos y unas patatas de lo más «normalinas», nos pareció bastante prescindible. La espera entre plato y plato ha sido exagerada. En resumen, una cena un tanto desastre y un restaurante que por supuesto no recomiendo.

    Tras esta experiencia nefasta nos acercamos nuevamente a la Grand Place para ver los edificios iluminados. Las construcciones se ven muy bonitas pero creo que quizás la iluminación es un poco tenue, por lo que mi opción favorita es verlos de día, cuando se pueden apreciar mucho mejor los detalles.

    Tardamos dos minutos en llegar a nuestro apartamento, que no puede estar mejor ubicado. Toca añadir los 3,8 kilómetros de recorrido por Bruselas a los 8,2 que caminamos esta mañana en Gante: total – 12 kilómetros. ¡No está nada mal! Aunque ayer ganamos por goleada con un total de 16,8 kilómetros entre Brujas y Gante.

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    GASTOS DEL DÍA

    • Entrada castillo Gante x 3: 36€.
    • Comida Faites Divers: 54,30€.
    • Ticket tranvía Gante x 3: 7,50€.
    • Ticket tren Gante – Bruselas central x 3: 30,60€.
    • Desayunos: 19,18€
    • Imanes: 15€.
    • Gofres: 12€.
    • Cena L’ Altro Mondo: 40€.

    TOTAL: 214,58€

    POSDATAS

    Posdata 1: todos los puntos visitados a lo largo de este viaje están recogidos en este mapa. Para poder utilizarlos basta con pinchar en el enlace azul de «mapa», NO en el propio mapa.

    Posdata 2: todas las fotos están hechas con mi móvil Samsung Galaxy S22 ultra sin ningún tipo de filtro o retoque, todas en modo normal o en modo gran angular.

    Posdata 3: me encantaría que dejases un COMENTARIO con tu opinión sobre lo que has leído. ¡Venga, anímate! Siempre se agradece un buen feedback…

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