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    Los viajes de Ali Fog 24 de septiembre de 2018 0 comentarios

    (INTRODUCCIÓN) / (DÍA SIGUIENTE)

    Lunes 24 de septiembre de 2018

    COMIENZA LA AVENTURA

    ¡¡¡Y comienza la aventura!!! Suena el despertador a las 4 am. He dormido siete horas y media, pues trabajé de noche ayer y antes de ayer y estaba muerta.

    Ayer llamé para reservar el taxi que nos llevará hoy al aeropuerto, para que esté debajo de casa a las 5 am, así que tengo una horita por delante para revisar con calma que todo esté correcto y que no me olvido nada.

    Meto dos pizzas grandes al horno para tener comida durante el viaje. Ayer ya dejé la maleta grande pesada y cerrada. Este año compré mi nueva báscula para maletas en Amazon por 9,99€ y estoy encantada con ella porque el enganche que tiene es mucho más cómodo y práctico que la anterior que tenía, cuyo enganche era una especie de garfio pequeño que costaba meter por los tiradores de las maletas. Muy recomendable pesar ya las maletas en casa para evitar sorpresas de última hora en el aeropuerto.

    También este año me compré una funda para maletas en AliExpress por 12,22€ que estrené en nuestro viaje a Lisboa y quedé encantada. Mi idea hubiese sido ponerla también para este viaje pero como hay muchas posibilidades de que nos abran las maletas para revisarlas y leí que no muestran mucha paciencia al respecto, preferí envolverla en casa con film transparente, que para retirarlo es solo meter tijera y cortar, a poner la funda por si me la rompían… Desde que lo descubrí en el foro de Los Viajeros siempre envuelvo yo mi maleta con mi film transparente. No me interesa pagar en el aeropuerto por algo que voy a hacer yo con más mimo y cantidad de film. Porque la última vez que pagué por ello solo me pusieron un par de vueltas y el plástico llegó completamente roto al destino.

    Yo siempre cierro mis maletas con su candado propio TSA, que coincide que es el único homologado para Estados Unidos ya que allí tienen llave universal, pero leí de varias personas a las que les rompieron el candado y la maleta para revisarla en vez de usar la llave universal, así que la mía solo va cerrada con el plástico, sin candado ni nada, pese a ser el homologado.

    Ya tengo añadida a la maleta, para identificarla rápidamente cuando sale por la cinta de equipajes, una cinta identificativa y dos lazos grandes con lunares. Además llevo una tarjeta colgante con mis datos, útil en caso de pérdida.

    Para no tener que andar cargando con el bolso por los aeropuertos, en 2016 hice un gran descubrimiento → Me compré en Parfois un bolso / mochila que se puede insertar en el tirador de la maleta de mano. Tiene una gran capacidad, con diversos bolsillos y al llevarla sobre la maleta de mano me ahorro de cargar con su peso a la espalda durante todas las horas que se pasan en los aeropuertos. Si no la tuviese ya, me la compraría de nuevo sin dudarlo porque ¡me encanta! La mía es negra entera porque la compré en invierno, pero en verano le compré una a mi madre y había un montón de diseños diferentes, con colores muy alegres.

    Nuestro equipaje listo para embarcar

    Pagamos el taxi (45€) antes de arrancar pues quiero pagar con tarjeta y me comenta el taxista que los inhibidores del aeropuerto pueden interferir.

    Nos despide un día muy lluvioso, típico asturiano.

    Una de las pocas cosas buenas de Iberia es que no hay restricción de peso en las maletas de mano y para mí, que tengo muchos “imprescindibles”, me va de perlas. (Productos imprescindibles para mí a la hora de viajar)

    Pasamos el control de equipajes sin incidencias y a las 6.45 horas ya estamos montados en el avión.

    No recordaba que en este vuelo también teníamos reservadas las salidas de emergencia… ¡Genial! Es uno de los beneficios de haber pagado parte de los vuelos con Avios, ya que no he tenido que pagar ningún extra por las cuatro salidas de emergencia (las dos de la ida y las dos de la vuelta). Es la primera vez que nos toca un avión tan grande y con tanto espacio para ir hasta Madrid.

    LLEGAMOS A MADRID

    Aterrizamos en el aeropuerto de Madrid a las 8 en punto. Cambiamos de terminal, pues a Los Ángeles salimos de la T4S.

    Pasamos el control de pasaportes y llegamos a la zona de las pantallas. La escala es de cuatro horas veinte minutos. Dicen por megafonía que en vuelos para Estados Unidos hay que estar dos horas antes en la puerta de embarque pero aún no está colgada cuál será nuestra puerta.

    Mientras esperamos llamo a Ferratumbank, que es la tarjeta principal que voy a usar durante el viaje, para cambiar el número de teléfono español que tienen asociado por mi número americano que ya me entregó Lyca Mobile el viernes, para que me sigan llegando los sms de los pagos (no me llegaron nunca). A las 10 horas avisan en las pantallas de que el vuelo se retrasa una hora y media… Ya empezamos… Lo primero que hago es llamar a AutoEurope por el tema del alquiler del coche. Ellos se encargan de mandar un email a Álamo. Me informan de que si cambiase el número de vuelo (actualmente es IB6171), tendría que llamar de nuevo para que lo actualicen.

    A las 11.50 horas nos encontramos ya por fin en la puerta de embarque. Hemos tenido que pasar un segundo control de pasaportes. Estaba yo muy intrigada por saber qué clase de control aparte teníamos que pasar para ir a Estados Unidos, pensando que nos revisaban de nuevo el equipaje y que iba a ser algo super exhaustivo… Además como por megafonía decían que teníamos que estar dos horas antes en la puerta de embarque… Y todo para pasar un segundo control de pasaportes que hemos tardado un minuto en atravesar…

    VUELO CANCELADO

    ¡¡¡¡NOS HAN CANCELADO EL VUELO!!!! QUIERO MORIRRRRRR. Nadie nos ha dicho nada, solo que vayamos a la sala 10. Hemos echado a correr como alma que lleva el diablo pues el otro día le cancelaron el vuelo a una amiga que iba de Barcelona a Asturias y como fue de las primeras en llegar a la zona de reclamaciones, la reubicaron en el siguiente vuelo mientras que la mayoría de los pasajeros tuvieron que ir en autobús hasta Asturias. Es para ver la escena, porque somos de los primeros en echar a correr pero cuando miramos hacia atrás parece la serie The Walking Dead, pues vienen todos corriendo detrás que parece que nos están persiguiendo… jajajaja (me río al día siguiente que hago la anotación, porque en ese momento no me hace ninguna gracia). Nos equivocamos todos de ubicación pues vamos a la S10 en vez de a la sala 10 en la zona de llegadas, donde se recogen las maletas, y tenemos que recorrer el aeropuerto corriendo como maratonianos, pues es casi como una competición por la supervivencia. Cuando llegamos al stand de Atención al Cliente de Iberia tenemos unas quince personas por delante. Al poco rato empieza a llegar el resto del vuelo, que contamos sobre unas 250 personas.

    Cola para la reclamación

    Durante la espera me llega un email de Iberia diciendo que nos han reubicado en un vuelo que sale mañana a las 11.10 horas con escala en Dallas con American Airlines. Con el rollo que son las escalas en Estados Unidos… Falta que nos lo confirmen, pues tardan más de una hora y media en atendernos y eso que estábamos de los primeros. No quiero ni imaginar cómo se sienten los de la mitad para atrás de la cola, pues les quedan horas de espera. Es increíble que para las gestiones de la cancelación de un avión tan grande solo pongan a dos personas para atendernos a todos. ¡Es indignante! Iberia como siempre en su línea…

    Durante la espera llamamos por teléfono a Iberia a ver si podemos agilizar las cosas (creo que es lo primero que deberíamos haber hecho y lo que recomiendo hacer). Nos indican que al haber sido reubicados con American Airlines, Iberia ya no puede gestionar nada. Otras personas han llamado a las agencias que les han gestionado los viajes y han conseguido que les reubiquen en otros vuelos.

    Cuando nos toca nuestro turno en el mostrador de Iberia descubrimos que la chica que nos atiende no tiene ni idea de cómo hacer las gestiones y necesita que sea su compañera la que lo haga todo. ¡¡¡Es alucinante, no me lo puedo creer!!! Solo dos personas para atender a todos los pasajeros y una de ellas es nueva o simplemente inepta… ¡¡¡Aaaggg!!! Finalmente nos confirman nuestro vuelo para mañana tal y como ponía en el email. Nos entregan un bono para un hotel Meliá para una noche con comida, cena, desayuno, transporte y una llamada de seis minutos. Nos ofrecen que recojamos ahora las maletas o que las envíen ya a American Airlines. Las cogemos, por supuesto, que sino igual no las volvemos a ver… Las maletas tardan más de treinta minutos en salir por la cinta.

    Lo único bueno de todo este trajín es que hemos hecho unos amigos, a los que les ha pasado lo mismo que a nosotros, y hoy se alojan en el mismo hotel que nosotros. (Fanny acabaría siendo una amiga muy cercana en pocos meses)

    Tras recoger las maletas comienza una cadena de llamadas para organizarlo todo:

    • Consigo que hoteles.com llame al hotel de Santa Mónica en el que íbamos a pasar hoy la noche y no nos cobren pese a estar fuera del periodo de cancelación.
    • Llamo a AutoEurope quien nos hace de mediadior con Álamo. En Álamo le dicen que por protocolo solo guardan el coche 24 horas, lo que sería hasta mañana a las 17.30 horas. El vuelo no llega hasta las 17.45 horas… Desde AutoEurope me indican que si llamo yo directamente a Álamo, los propios de Álamo le han dicho que me lo guardarían más tiempo. Tras hablar con dos oficinas diferentes (todo en español), se comprometen a guardar el coche hasta las 19 horas por tener la reserva ya pagada. Vamos a ir súper justos pero si mañana veo que no nos da tiempo, llamo para suplicarles otra vez…
    • Llamo a nuestro seguro de Columbus Direct para averiguar si nos corresponde alguna indemnización. Me indican que necesitan saber el motivo de la cancelación para ver si está cubierto. Nadie nos ha sabido dar una explicación por lo que escribo a Iberia vía Facebook para solicitar el justificante de la cancelación. (Esta historia, cómo no, continuará en varios capítulos…)

    Nos dirigimos a la zona de buses y montamos en el microbus de Meliá con nuestros nuevos amigos. Al llegar al hotel nos indican que está lleno y que no es ese el Meliá en el que nos alojaremos, que nos hemos equivocado de autobús… Nos llevan de vuelta al aeropuerto y nos subimos en el bus correcto donde nos tienen más de 45 minutos esperando antes de arrancar. Nuestro rumbo será el Meliá Castilla por lo visto.

    Llegamos a la recepción a las 17.45 horas. De primeras nos dicen que mañana el desayuno es buffet libre y que el restaurante está abierto permanentemente puesto que tenemos el bono de comida (y son las horas que son), pero tras ir a consultar a su compañero, nos dicen que a estas horas no nos pueden servir nada de comer y que el desayuno lo perderemos puesto que la cafetería abre a las siete y el bus saldrá hacia esa hora. Estamos bastante indignados… Suerte que aún nos queda pizza…

    Nacho no se quedó a gusto con mi gestión con Álamo pues cree que yo insistía en que nos mantuviesen el coche concreto que tenía en la reserva en vez de la reserva en sí, por lo que llama de nuevo y en principio tenía él razón y la reserva sí que nos la mantienen sin problemas, lo que no nos mantienen es un coche en concreto, por lo visto. A mí no me acaba de quedar claro pero ojalá que tenga razón y no tengamos ningún problema mañana con el coche, es lo único que me preocupa y que nos podría estropear el viaje…

    Además llamamos a American Airlines, quien nos confirma que al igual que Iberia no tienen restricción de peso en el equipaje de mano. Menos mal, porque sino no sé cómo íbamos a hacer… Nos dicen que para tratar de reservar la salida de emergencia lo tenemos que hacer directamente mañana en los mostradores de facturación.

    Gestiono la reclamación con Iberia a través de su página web. A ver cuánto tardan en darnos respuesta y el dinero sobre todo, si es que al final nos dan algo…

    A las 20 horas quedamos a cenar con la pareja de Galicia que se han convertido en nuestros compañeros de fatigas sin quererlo. La cena es un menú cerrado consistente en ensalada mixta (que no vale para nada), paella (que está muy buena) y helado de vainilla con sirope de chocolate. El problema es que tardan más de treinta minutos entre plato y plato…

    Mañana el desayuno empieza a las 7 am y creen que van poner el bus para las 8 am (lo decidirán en el turno de noche). Creemos que vamos a ir muy justos en bus por lo que reservamos un taxi (tfno: 915.478.200) grande para cuatro personas para que esté en la puerta del hotel a las 7.20 horas. Tienen una tarifa plana de 30€ al aeropuerto y así nos dará tiempo a desayunar rápido y luego ya vamos directos aeropuerto.

    Estamos muertos… Ha sido un día demasiado intenso y espero que mañana salga todo bien porque la escala en Dallas es de noventa minutos y lo veo un poco justo para todo el trajín que supuestamente hay que hacer con las maletas… Son las 22.58 horas y me voy por fin a dormir.

    GASTOS DEL DÍA

    • Taxi: 45€.

    TOTAL: 45€

    Martes 25 de septiembre de 2018

    VOLVEMOS A AEROPUERTO DE BARAJAS

    Ha sonado el teléfono de la habitación a las 2.58 am. Casi me da un infarto… Eran los del hotel para informarnos de que el bus saldrá a las 4 de la mañana… ¿¿¿¿¿Es una broma????? ¿¿¿¿Me están vacilando???? El hotel está genial pero el trato que nos están dando estoy segura de que no se lo dan a sus clientes habitualmente… ¿¿¿¿Un bus a las cuatro de la mañana cuando una parte de los pasajeros (y supongo que la mayoría puesto que estábamos de los primeros en la cola) tenemos la salida del vuelo a partir de las 11 horas???? Les decimos que vamos a ir en taxi y tratamos de volver a dormir. A las 6.25 horas suena nuestro despertador. Tengo agujetas y dolor de espalda por recorrer el aeropuerto ayer de arriba abajo a toda la velocidad.

    Bajamos a desayunar con nuestros amigos al desayuno buffet. Hacemos un desayuno exprés en quince minutos y a las 7.20 horas ya tenemos el taxi en la puerta. Es una Volkswagen Caddy donde podemos meter holgadamente todas nuestras maletas. Tardamos veinte minutos en llegar a la T4 y a las 8.20 horas hemos hecho ya todos los trámites (check in, control de pasaportes, control de equipajes) y estamos esperando a que nos digan la puerta de embarque.

    Hemos descubierto una zona de seis hamacas que están ubicadas entre la puerta S34 y la S35 y que ayer nos pasaron desapercibidas. Están genial, acolchadas, con enchufes y lámparas.

    A las 9.45 horas nos despedimos con pena de nuestros amigos y nos dirigimos a la puerta de embarque (S4), que casualmente está en la otra punta de la terminal y que descubrimos que ya teníamos impresa en el billete desde el principio… Están haciendo un control de equipaje aleatorio que a nosotros no nos toca. Esta vez no nos hacen un segundo control de pasaportes.

    A las 10.20 horas iniciamos el embarque, que va a toda velocidad y muy bien organizado. Los asientos están bastante bien para lo que estamos acostumbrados, aunque nada como mi adorada salida de emergencia…

    Al final hemos conseguido sentarnos juntos. Tenemos por delante diez horas de viaje hasta Dallas (Texas).

    Hay mogollón de películas de Disney (mis favoritas) pero están todas en español latinoamericano y no es lo mismo para nada. Suerte que me traigo yo la tablet cargada de películas. Hace un frío mortal en el avión, exagerado. Menos mal que tengo conmigo la chaqueta de nieve, que la llevo para la zona de San Francisco y Mammoth Lakes, ya que yo soy muy friolera y me viene de lujo para el avión, porque estamos helados… Además traigo conmigo unos calcetines calentitos que nos dieron en su día con Qatar Airways que me vienen genial.

    Al cabo de una hora de haber despegado pasan ofreciendo refrescos y un aperitivo de galletitas. A la media hora nos traen ya la comida. Nos dan a elegir entre pasta o pollo, que está delicioso.

    Para el vuelo me está viniendo genial un consejo que me dio Sandra, una amiga que conocí en el foro de Los Viajeros. Aunque se suponía que teníamos salida de emergencia en todos los vuelos, soy una persona precavida y como me agobio mucho en el avión cuando me tocan asientos estrechos porque las piernas me matan, me traje una pelota de playa de 61 cm / 24″ que compré en los chinos (1,65€) y que me está aliviando un montón. Se puede hinchar más o menos, al gusto, y me permite ir mucho más cómoda. El único problema es que una vez se fue rodando por el pasillo y no me di cuenta y fue muy gracioso ver la cara de la señora que se la encontró a varias filas de distancia, jajaja.

    Tuve suerte además de que el señor que estaba delante de mí no reclinó su asiento en ningún momento durante el viaje.

    Además en el último vuelo largo que hice, viniendo de Cuba, aunque pude dormir me desperté un montón de veces porque cada vez que me dormía se me caía la cabeza hacia delante. Mirando por internet pijaditas para viajar (cosa que me encanta, cualquier cosa que haga un poquito mejor los viajes me vale), encontré en AliExpress algo que acabo de estrenar y que aunque no es lo más cómodo del mundo, me viene de lujo. Se trata precisamente de una cinta ideada para sujetar la cabeza de los niños en el coche y que yo uso para sujetar la mía en el avión y ya de paso, la pongo de antifaz para que no me moleste la luz. Me costó solo 2,59€ y tiene muy buena pinta.

    A las 17 horas nos traen la merienda: refresco + tarrina de helado de chocolate marca Beckleberry’s. ¡Nunca me habían dado helado en un avión!

    Por cierto que hemos desvalijado la neverita del hotel a cambio de la comida que no quisieron darnos ayer y lo hemos podido subir al avión sin problema, y como no sabemos si nos lo dejarán meter en Estados Unidos, nos lo comemos todo en el avión.

    La cena llega a la 20.15 horas: dos pastelitos rellenos de ternera con salsa barbacoa. Al final no hemos parado de zampar en todo el viaje… jajaja.

    Ya solo falta una hora para aterrizar por lo que cambio mi tarjeta SIM por la de Lyca Mobile. Se supone que al encender el móvil al aterrizar, debería funcionarme ya a la perfección.

    No nos han dado ningún papel de aduanas para rellenar.

    ESCALA EN DALLAS

    Aterrizamos a las 21.25 hora española tras 8.080 km. Hablaré de hora española hasta llegar a Los Ángeles pues Dallas tiene dos horas menos que Los Ángeles y sino todo es un lío.

    Nada más encender el móvil ya se me conecta a Internet a la perfección. ¡Genial!

    Al bajar del avión aceleramos al máximo para adelantar al mayor número de personas posibles para el control de pasaportes. En la zona de dicho control, seguimos la línea de color morado por estar en posesión del ESTA, no tiene pérdida.

    Esa línea nos lleva a los mismos kioscos APC que está usando todo el mundo, solo que a los que están ubicados en el fondo. Rellenamos los datos que nos solicita la máquina y nos sale un ticket por cabeza con una gran “X” tachando todos los datos. Había leído que es algo habitual por lo que no me preocupa.

    De aquí pasamos a la cola del control de pasaportes: tenemos unas seis personas por delante y unas cincuenta por detrás… Por eso nosotros siempre bajamos corriendo de los aviones cuando hay un control de pasaportes de por medio, porque ¡el tiempo es oro! En quince minutos y tras responder las tres sencillas preguntas que nos hizo el agente de inmigración ya estamos al otro lado.

    Recogemos nuestras maletas facturadas que ya están en la cinta y las tenemos que entregar unos doscientos metros después, para que las pongan en otra cinta. (Este era todo el trámite que había que hacer cuando yo venía con miedo porque había leído: «el equipaje se factura (y se envía) al destino final, pero en la primera escala en EE.UU. habrá que recogerlo para pasar “Customs”. Con suerte el trámite dura una hora; con mala suerte, dos horas…»)

    Vamos al control de equipajes de mano donde hay una cola enorme delante de nosotros aunque al final por suerte solo tardamos veinte minutos en total. Nos indican que no saquemos nada de las maletas para el control, ni líquidos ni tablets ni nada.

    Nuestro siguiente paso es dirigirnos a la segunda planta para coger el tren que hace un largo recorrido por el exterior llegando a todas las terminales y que nos llevará a nuestra puerta, la C2. Hemos tardado una hora diez minutos en llegar a la C2 desde que bajamos del avión (solo teníamos una hora y media de escala).

    A Nacho y a mí nos vuelven a tocar asientos separados. Esta vez no tratamos de cambiarlos ya que el vuelo no es excesivamente largo. Me ha tocado el último asiento de la última fila, que no es reclinable… Qué se le va a hacer…

    Despegamos a las 23.50 horas y a la media hora pasa la azafata repartiendo unos aperitivos.

    Los Ángeles

    LLEGADA A LOS ÁNGELES

    Aterrizamos a las 17.45 hora de Los Ángeles. Se me ha hecho un poco largo este vuelo. Estoy un poco hasta las narices ya… No nos dejan bajar del avión hasta las 18.10 horas.

    Nos dirigimos a recoger las maletas facturadas que salen en cinco minutos. Justo enfrente de las cintas de maletas, en la calle, está la parada de shuttle de todas las compañías de alquiler de coches. Van pasando los shuttles con los rótulos de las compañías y tú levantas la mano cuando es la tuya.

    Cuando estamos llegando a Álamo nos vamos levantando para bajar los primeros del bus y esperar menos cola. Hay que pasar primero por unos kioscos similares a los de APC del control de pasaportes. Yo estoy muerta de cansancio y no doy más de mí por lo que me lo intenta hacer la señora que está allí ayudando, que es muy amable, pero con el rollo de la cancelación del vuelo de ayer finalmente tengo que pasar por el mostrador. El chico que nos atiende habla español, por lo que puedo ir haciéndole todas las preguntas de mi check list y marcando los distintos items:

    • [ ] Pedir que nos atiendan en español.
    • [ ] Declarar siempre por escrito el conductor adicional al firmar el contrato, aunque sea gratuito.
    • [ ] ¿Qué hacer en caso de accidente o de necesitar asistencia en carretera? → Anotamos el teléfono.
    • [ ] Pago de los peajes → Dejamos claro que los vamos a pagar por nuestra cuenta.
    • [ ] Confirmamos que NO hay que lavar el coche antes de devolverlo.
    • [ ] Leí que es habitual que a algunos coches se les encienda aviso de baja presión en alguno de los neumáticos → Nos indica que si nos ocurre llamemos a Álamo y nos den un nuevo coche.
    • [ ] Coger coche con “Cruise control” (control de velocidad).
    • [ ] Si tras hacer el check in no hay coches suficientes o coches de nuestro gusto, comentarlo para que nos traigan más y ponernos en la zona más cercana a donde van saliendo los coches (no en los aparcamientos), para ser los primeros en elegir → No lo necesitamos.
    • [ ] Revisar que el coche tenga la tela cubre – maletero para tapar las maletas → No tiene pero los cristales están tintados y he tomado “prestada” una de las mantitas de American Airlines.
    • [ ] Revisar que el coche tenga rueda de recambio → No lo hacemos.
    • [ ] Revisar bien el coche antes de empezar el viaje para dejar constancia en el contrato de todos los arañazos y demás → Tampoco lo hacemos, estamos muertos y el coche solo tiene 4.072 km.
    • [ ] Hacer una foto al contrato (incluyendo el nº de contrato), para tenerlo guardado en el móvil.
    • [ ] Cambiar la medición de la temperatura de grados Fahrenheit a Celsius.
    • [ ] Poner el cuenta km a cero.
    • [ ] Configurar el GPS en español de España, no latino.

    Estamos tan cansados que ni me acuerdo de que tenemos el coche por 120€ en vez de por 1.200, por si nos pusiesen algún problema, pero ni siquiera nos hacen un comentario al respecto.

    Nos entregan el GPS, nos lo habilitan a la entrada, antes de ir a la calle a elegir el coche y ya vamos a la sección de SUV donde las llaves ya están dentro de los coches y podemos elegir el que queramos. Nacho se pone como un niño corriendo de un lado a otro a ver cuál le gusta más. Jajaja, me hace ilusión verle así. A mí como me da igual y yo no entiendo de coches, le dejo elegir. Habíamos alquilado uno de la gama Hyundai Santa Fe, pero finalmente Nacho elige un Grand Caravan Dodge con un maletero enorme.

    Nos entran todos nuestros trastos sobradísimamente. El depósito está lleno (y así lo tenemos que devolver), así que tras familiarizarse Nacho un poco con el coche, nos dirigimos a la salida. Enseñamos el contrato que hemos firmado y mi carnet de conducir y a las 19.20 horas estamos saliendo de Álamo rumbo a Solvang.

    El GPS nos indica que hay retención y que tardaremos dos horas veinte minutos. Vamos a morir… Es ya de noche y hay mogollón de tráfico nada más salir. Aprovechamos los carriles “car pool only” ubicados a la izquierda del todo y que son para agilizar (dentro de lo posible) el tráfico, pudiendo ir por él vehículos con mínimo dos pasajeros en su interior.

    Ahora mismo estoy agotada (en España son las cinco de la mañana) y no me da para muchas celebraciones, pero supongo que mañana seré más consciente de que por fin conseguimos el chollazo que no tenía yo claro que acabase siendo real… Un coche y sus complementos valorado en 1.085€, por solo 120€, ¡¡¡bieeeeeennnn!!!

    A las 21 horas estamos destrozados de sueño. Nacho tiene que parar a dormir un rato y yo aprovecho para comprar algo en un supermercado pues no tenemos nada para comer y tenemos mucha hambre… Gracias a Iberia por este inicio de viaje…

    En media hora retomamos el viaje. Está siendo una pesadilla total este final del día.

    Según el itinerario que tenía planificado para hoy, hemos perdido de ver Venice Beach y Santa Mónica que lo recuperamos el penúltimo día del viaje, Santa Bárbara, Santa Ynez y Cachuma Lake, que están perdidos aunque no lo considero una gran pérdida, ¡por suerte!

    SOLVANG

    Llegamos por fin a las 22.20 horas a Solvang, del que traigo anotado:

    • Pueblo fundado en 1911 por un grupo de daneses que viajaron al oeste para establecer en California una colonia danesa.
    • Parece sacado de un cuento.
    • Su mayor atractivo es ofrecer a los turistas que la visitan cada año un sabor de Dinamarca en California. Aunque hay poco habitantes daneses, los restaurantes y otros comercios refuerzan y mantienen el espíritu de sus orígenes.
    • Hay molinos de viento, reposterías escandinavas… incluso una réplica de la Sirenita de Copenhague.

    Nuestro hotel es el Wine Valley Inn (89,08€ – una noche). El parking del hotel está lleno pero hay uno público enfrente gratuito. En recepción me dicen que no les consta la reserva… ¿¿Es una broma?? Suerte que traigo conmigo el justificante de la misma… Nos da una habitación porque “por suerte tiene alguna libre”, me dice. Lo que me faltaba. Le indico que está pagada y me pide la tarjeta de crédito solo como aval, como ocurrirá en la mayoría de los otros hoteles. (Luego descubriré que me han pasado 21,31€ de depósito que me tienen que devolver).

    Ducha rápida y a dormir que no podemos más. Tengo que adaptar el planning de mañana para no madrugar tanto como tenía pensado… Qué rollo…

    GASTOS DEL DÍA

    • Taxi: 15€
    • Álamo depósito: 0,85€ (PENDIENTE DE DEVOLVER)
    • Supermercado: 7,49€
    • Wine Valley Inn depósito: 21,31€ (PENDIENTE DE DEVOLVER)

    TOTAL €: 22,49
    TOTAL $: 0,85

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