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  • 2. BÉLGICA – COMIENZA LA AVENTURA: BRUJAS (1)

    ¡¡¡Iniciamos el primer viaje europeo del año!!!

    Para evitarnos cualquier tipo de sorpresa en el aeropuerto, peso en casa el equipaje con mi báscula de mano. Este pequeño aparato fue todo un descubrimiento hace ya muchos años, cuando era todo un estrés llegar al aeropuerto y descubrir que habíamos superado los kilos permitidos.

    Vamos a ir en coche desde Gijón (mi ciudad) hasta el aeropuerto de Asturias. Salimos de casa a las once de la mañana y tardamos solo media hora en estar aparcadas en el parking Arias Aeropuerto, que vamos a utilizar por primera vez. El funcionamiento es el mismo que el de cualquier parking de ciudad: sacamos un ticket y la barrera se levanta, pudiendo estacionar en cualquier hueco que quede libre. Nosotras reservamos la plaza por teléfono hace unas semanas, pero me han dicho que también se puede ir sin reserva previa. 

    Tenemos que caminar solo trescientos metros y ya estamos dentro de la terminal.

    Lo único bueno de tener un aeropuerto tan pequeño es que solo nos lleva diez minutos pasar el control de equipajes y estar delante de la puerta de embarque. 

    Es la primera vez que veo que los trabajadores de Ryanair obligan a todo aquel que no tenga en su tarjeta de embarque «Prioridad» o «Priority», meter tanto la maleta de cabina como el bolso de mano en el cubículo habilitado para demostrar que cumplen con las medidas establecidas. Al peso de las maletas nadie le presta atención. Por suerte, nosotras tres tenemos «Priority» y nos ahorramos todos estos trámites.

    Aterrizamos puntuales en el aeropuerto de Charleroi, el segundo aeropuerto de Bruselas, el de las compañías «low cost» como Ryanair.

    Activamos en los teléfonos la itinerancia de datos y, por primera vez, por fin las tres tenemos Internet antes incluso de bajar del avión, cada una con una compañía diferente: O2, Simyo, Movistar y Telecable (yo traigo dos móviles). Qué alegría por favor, siempre tengo un montón de problemas con este asunto… Por eso me fui de Lowi tras mi último vuelo internacional, a Ámsterdam.

    Aunque suene totalmente surrealista, el baño del aeropuerto es de pago. Me parece de lo más indignante. Hay un torno que te impide el paso si no abonas 1€ (operación válida solo con tarjeta). 

    Me llamó la atención el cartel promocionando Asturias ubicado junto a la entrada de los aseos.

    El aeropuerto es muy pequeñito y se recorre de punta a punta en cinco minutos.

    Además de los taxis y los vehículos privados, hay dos opciones para ir en transporte público desde el aeropuerto de Charleroi a Bruselas:

    • Opción A:
      • 1º. Bus Airport Express hasta la estación de tren Charleroi: 20 minutos.
      • 2º. Desde esta estación salen trenes en dirección a Amberes que te dejarán en las tres estaciones principales de Bruselas:
        • Frecuencia: cada 30 minutos.
        • Duración: 1 hora.
        • Precio: 14€.
    • Opción B – Autobús de la compañía Flibco hasta la estación de Bruselas – Sur (= Bruxelles – Midi = Brussel – Zuid):
      • Horario: de 8 a 1 am.
      • Frecuencia: cada 30 minutos.
      • Duración: menos de 1 hora.
      • Precio: 17€ (más barato si se compra por la web o la aplicación).

    Nosotras hoy dormimos en Brujas por lo que vamos a tomar un bus de la compañía Flibco que nos lleva directo desde el aeropuerto hasta Brujas. La empresa tiene una caseta ubicada justo enfrente de la entrada de la terminal 2, puerta D.

    Preguntamos a la chica de la caseta quien me confirma que, tal y como había leído, sacar los tickets online a través de la página web o de la aplicación es más barato que comprárselos a ella, así que sobre la marcha los adquirimos a través de la web. Tres billetes a Brujas (solo ida) nos cuestan 49,75€ (16,58€ por persona).

    Nos toca esperar una hora y cuarto, hasta las 17.15 horas que sale el bus. La alternativa a ir en el autobús de la compañía Flibco era coger el Bus Airport Express hasta la estación de tren de Charleroi, allí tomar un tren hasta Bruselas – Sur (= Bruxelles – Midi = Brussel – Zuid) y hacer transbordo con un segundo tren que nos llevase a Brujas. La duración era similar a la opción que nosotras elegimos pero, en nuestro caso, nos ahorrábamos tener que hacer dos transbordos.

    La salida de los vehículos de Flibco está ubicada detrás de la caseta en la que preguntamos el tema de los tickets. Los buses salen de las siguientes paradas:

    1. Bruselas – Sur (= Bruxelles – Midi = Brussel – Zuid).
    2. Gante y Brujas 
    3. Lille y Mons.

    Nos dijeron que hay que llegar con veinte minutos de antelación a la parada del autobús, que no está cubierta ni protegida, por lo que nos vemos azotadas por el gélido viento belga y los once grados que nos acompañan. Además el bus llega con veinte minutos de retraso, por lo que cuando nos subimos, llevamos cuarenta minutos congeladas. 

    Los vehículos tienen baño gratuito. Es un detalle…

    Tardamos una hora y cuarto en hacer la primera parada, en Gante, pero nosotras aquí vendremos mañana. OJO porque no avisan de ninguna forma de que hemos llegado a la parada por lo que si os quedáis dormidos, podéis no daros cuenta y llegar hasta el final del trayecto.

    BRUJAS – BRUGGE – BRUGES (1)

    La segunda y última parada es en Brujas (Brugge en neerlandés o Bruges en francés), capital de la provincia de Flandes Occidental, a donde llegamos a las 19.30 horas, tras una hora cincuenta minutos de recorrido.

    Bajamos del bus siendo ya noche cerrada. Es una lástima porque hasta el próximo sábado no se produce el cambio de hora regalándonos una hora más de luz, pero a partir de abril Ryanair cambiaba drásticamente el horario de los vuelos directos de Asturias – Bruselas, a peor… Por eso preferimos venir en esta época, a pesar de que anochece primero.

    Caminamos durante quince minutos desde la parada del bus hasta nuestro hotel, el NH Brugge. Es surrealista porque el primer alojamiento que tenía reservado en Brujas era un hostel con literas: una habitación de cuatro personas solo para nosotras, con baño privado, por 120€ y finalmente, por solo 30€ más, conseguimos un hotel de cuatro estrellas con dos habitaciones comunicadas, cada una con su propio baño, por 152,70€ en total. Las habitaciones son simplemente espectaculares, enormes. ¡Menuda pasada!

    A las 20.20 horas nos ponemos en marcha. Os dejo mi track de Wikiloc para que podáis seguir nuestro itinerario con facilidad.

    Powered by Wikiloc

    Según he leído, «el mayor atractivo de Brujas es su casco histórico, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2000.​ Al igual que Ámsterdam, Gotemburgo y Hamburgo, entre otras, Brujas es conocida como «la Venecia del norte», debido a la gran cantidad de canales que atraviesan la ciudad y a la belleza de los mismos«.

    Al poco rato de empezar a recorrer la villa, ya me enamoro de Brujas. Nos encontramos con rincones mágicos, como el patio del antiguo hospital de San Juan, que nos topamos de casualidad pues había leído que estaba cerrado temporalmente, por lo que lo había descartado de nuestro itinerario. Hay un cartel que informa de que la reapertura será el 15 de diciembre de 2023. «El lugar fue un hospital medieval fundado a mediados del siglo XII. Ubicado junto a la Iglesia de Nuestra Señora, las instalaciones contienen algunos de los edificios hospitalarios más antiguos de Europa«.​

    El patio tiene un precioso árbol florido que con la torre de la iglesia de Nuestra Señora iluminada de fondo, me cautiva al instante. Tanto los edificios del antiguo hospital como la iglesia están bellamente iluminados y la estampa no podría gustarme más, se ve absolutamente espectacular. ¡Qué bonito!

    Tenía marcado en mi mapa visitar el puente de San Bonifacio, del que había leído que era una de las imágenes de postal de Brujas, pero no lo encontramos por ninguna parte, por lo que continuamos caminando paralelas al canal hasta llegar al muelle del Rosario, del que traía anotado: «uno de los canales más importantes de Brujas. Es uno de los rincones más fotografiados y uno de los lugares que visitar en Brujas más bonito, donde los edificios medievales con fachadas clásicas parecen sacados de un cuento de hadas. En este lugar podemos encontrar el origen de Brujas, hace ya más de 1.200 años. Los vikingos crearon aquí un asentamiento, en torno al siglo IX, al que llegaban bordeando las costas del mar del Norte con pequeñas y ligeras embarcaciones. Por eso no es casualidad que el nombre de «Brujas” proceda de la palabra vikinga «Brygga”, que significa muelle o embarcadero«.

    Es muy fuerte porque estamos ante uno de los lugares más «instagrameables» de la ciudad y lo tenemos entero para nosotras, ¡qué pasada!

    Continuamos nuestro camino atravesando el Blinde-Ezelstraat o callejón del Burro Ciego, del que dicen que «es uno de los puntos esenciales de la ciudad por la belleza del arco y del entorno, por el puente Meebrug a la izquierda, considerado el más antiguo de Brujas, y por las leyendas que hay sobre la calle«.

    Callejón del burro ciego o Blinde-Ezelstraat

    Al otro lado del callejón encontramos la plaza Burg donde me quedo boquiabierta pues el lugar es un auténtico sueño. Entre ese ayuntamiento gótico espectacular construido entre los siglos XIV y XV y todos esos preciosos edificios iluminados, ¡es alucinante!

    Ayuntamiento de Brujas
    Basílica de la Santa Sangre (en la esquina izquierda)

    Me cuesta decidirme si me gusta más la plaza Burg o su vecina, la Plaza Mayor o Grote Mark, donde se encuentra la torre campanario Belfort (de donde parte mañana el free tour que tenemos contratado) además de múltiples edificios con preciosas fachadas que se conservan intactas casi desde el Medievo.

    «El campanario forma parte de un grupo de cincuenta y seis torres y campanarios de Bélgica y Francia declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO desde 1999. Se trata del cuarto campanario ubicado en el mismo lugar, ya que los tres anteriores, fabricados en madera, se incendiaron«.

    De Vier Winden, el restaurante que elegimos para cenar

    Recorrer Brujas de noche es una auténtica gozada, por una parte no hay nadie, es de lo más llamativo, incluso en las zonas más famosas o turísticas; y por otra, los edificios y canales que hallamos iluminados son preciosos. 

    Al haber tan poca gente por la calle, muchos de los restaurantes que encontramos están cerrados. Acabamos cenando al lado de la torre Belfort, en brasserie – restaurant De Vier Winden (con una puntuación bastante pésima en Google Maps) que, a pesar de su estupenda ubicación, tiene unos precios de lo más decentes. Pedimos para compartir una ración de: 

    • Rollitos de primavera.
    • Nachos con queso.
    • Sándwich de pollo.

    Cada uno de los platos cuesta entre 10 y 12€. Las raciones son enormes y están deliciosas. Me parece muy recomendable este restaurante, y más teniendo en cuenta su ubicación tan céntrica. Además hablan en español, lo que para muchos sería una ventaja pero no para mí, con las ganas que tengo de practicar francés…

    Con los estómagos repletos, continuamos el itinerario hasta el punto más distal que tenía marcado en mi mapa para visitar hoy, la calle Groenerei, de la que traía anotado: «paseo arbolado conocido como el muelle verde por el color de sus aguas y la vegetación que brota a orillas del canal. Vistas increíbles de los viejos puentes Meebrug y Peerdenbrug, de la Iglesia de Notre Dame y de la torre Belfort, además de estar rodeado de bellos edificios flamencos a ambos lados del canal como la Casa del Pelícano (De Pelikaan), un antiguo hospital construido en el año 1714«.

    Al ser de noche no apreciamos el color verde de sus aguas, pero al estar todo iluminado, la estampa es una maravilla igualmente.

    A las 22.30 horas no hay nadie por la calle. Es alucinante la sensación de tener Brujas entera para nosotras solas. ¡Menudo privilegio! No puedo más que recomendaros que os alojéis una noche aquí porque, tal y como había leído, al caer la noche el pueblo se vacía completamente de turistas, lo que unido a los edificios iluminados hace que sea imprescindible pernoctar una noche en Brujas.

    Llegamos al hotel a las 23 horas, después de 5,29 kilómetros de recorrido. ¡¡Qué ganas de verlo todo mañana a la luz del día!!

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    GASTOS DEL DÍA

    • Ticket bus aeropuerto – Brujas x 3: 49,75€.
    • Cena De Vier Winden: 47€. 

    TOTAL: 96,75€

    4 comentarios

      23 de abril de 2023 Reply

      Vaya pasada Brujas por la noche, me he quedado con muchas ganas de poder visitarlo. Muchas gracias por una descripción tan detallada. Un saludo

      23 de abril de 2023 Reply

      Qué preciosidad Ali!!! Leyendo esto, entran ganas de volver!! Y lo mejor de todo, la ilusión que transmites al describirlo!!! ❤️

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